La memoria pública, como señala acertadamente la historiadora Carme Molinero, no es espontánea, sino que es el resultado de una selección de hechos para el recuerdo, sabiendo qué recordar y para qué. Desde su inicios el régimen de Franco hizo un gran esfuerzo en este sentido, demonizando primero y luego haciendo desaparecer la memoria democrática andaluza y española, para culminar su obra fabricando con la constante y asfixiante exaltación pública de una pléyade de prohombres e instituciones políticas, militares y religiosas, que adornados de valores supremos que llegaban al éxtasis de la heroicidad o el martirio, y de cuyos elementos más significativos era su máximo exponente el propio dictador. Todo ello con el fin de consolidar una memoria colectiva según sus postulados que como podemos observar aún hoy perdura.
Durante la transición las necesidades de consolidar la democracia, los continuos ruidos de sables y el enorme peso político, económico y militar de las fuerzas herederas del sentido común del régimen franquista, así como la apatía o minusvaloración de la importancia de “la memoria” de buena parte de las fuerzas democráticas condicionó la posibilidad de desarrollo de una política que reivindicara los valores democráticos de nuestra historia. No viéndose con ello contrarrestada institucionalmente la memoria conservadora y reaccionaria recreada por el franquismo.
La convivencia no puede significar practicar un relativismo ético. No se puede argumentar que el conocimiento público de las atrocidades de las políticas de exterminio y represión sean un reabrir heridas. Resulta peligroso que desde diferentes sectores se banalice lo que fue la criminal y prolongada tiranía de Franco, pues la expresión máxima del fascismo es la guerra y el exterminio del contrario, la conculcación sistemática de los derechos humanos y de las libertades democráticas.
Sin embargo, es en esa lógica relativista y banalizadora de los Crímenes de Guerra y Contra la Humanidad en España, donde se inserta que el PP y otras fuerzas sociales y mediáticas conservadoras e intenten volver, una y otra vez, a recuperar la vieja visión franquista de la República, del golpe militar y de la guerra civil, según la cual el régimen legal democrático desembocó en una suerte de “dictadura totalitaria” de forma natural e irremediable y para que volviera el “orden”, después del caos rojo, fue necesaria la denominada "Cruzada".
Es por eso que resulta lógico que se escandalicen las derechas y su bunker mediático, cuando se pretenda la retirada de los reconocimientos y honores a personalidades que expresaban, de una u otra manera, la memoria política, militar y cultural de la dictadura de Franco, de los restauradores del “orden”, que según ellos posibilitaron la llegada de la actual “democracia”.
Es precisamente en esta lógica donde se sitúa la perenne polémica por la retirada del nombre del militar bilbaíno, Carlos Haya González, a un hospital malagueño o a la avenida que lleva su nombre. No cuestionando, por tanto, la idoneidad de titular a una calle o centro para la vida, la salud y el bienestar de las personas, con los nombres de los “héroes” de la Cruzada, cuya buena parte de su vida la consagraron a ocasionar la muerte, el dolor y la desgracia humana, además de cercenar la democracia en nuestro país, llenando con sus “proezas” hospitales, orfanatos y cementerios.
Si echamos un vistazo a las numerosas hagiografías publicadas, pues son las únicas existentes, incluso en las más recientes, sobre la personalidad de Carlos Haya, veremos que en realidad unas están copiadas en su totalidad o en parte de las publicadas en su conmemoración por el régimen y donde se resaltan sus “proezas” aéreas, mientras se pasa de puntillas por las acciones de guerra en las que participaban, tanto este aviador como otros, y sus consecuencias dramáticas para los pueblos. En ningún lado nadie encontrará una evaluación de los daños causados en las poblaciones de las ciudades que bombardeaba sistemáticamente, tanto en la guerra de Marruecos como en los más de 300 actos de guerra en que intervino, durante los meses que pudo combatir antes de morir en uno de ellos.
En este grupo de escritos podemos adscribir el denominado "Estudio sobre la figura de Carlos Haya González" de Israel D. Medina Ruiz, que desde el ayuntamiento de Málaga se le encargó, pues ni el Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la UMA, ni por supuesto los especialistas en ese periodo de dicho departamento del área de Historia Contemporánea, tenían conocimiento del supuesto y tan sesgado "informe", resumen entresacado de escritos centrados en su aspecto aeronáutico y nada en los aspectos militares y sus consecuencias sociales, más allá de la intervención de Haya en el Santuario de la Cabeza, sin investigación de fuentes primarias, ni bibliográficas de la guerra en sí.
Cualquier historiador que investiga los crímenes de la dictadura y quiera acceder a cierta documentación, verá las innumerables dificultades para acceder a ella en los archivos militares o de las diferentes administraciones públicas que la custodian, si no ha sido ya destruida, la documentación al respecto, no es de extrañar que “desaparezca” el expediente realizado para dar nombre la la susodicha avenida.
Aun así no hay que ser un lince para que si entresacamos de estas hagiografías datos y los sometiéramos a la crítica, veríamos que Carlos Haya desde que se incorpora a la Escuadrilla de “Bristol” de Melilla en enero de 1926, pues con anterioridad se dedica a labores de Intendencia en convoyes y en avituallamiento de las columnas de operaciones en el frente de Melilla desde 1922, realiza constantes vuelos de bombardeos, ametrallamiento y reconocimiento en los sectores de Dar-Misian, Anual, Yebel-Udía, Afran, Tisis-Assa, Meseta de Tesle, Peón de Vélez, etc.(1)
Trasladada la Escuadrilla al aeródromo de Auárnara, en Larache, en enero de 1927, participa en las operaciones del frente occidental, bombardeando Tazarut, los poblados de Royarsa y numerosos objetivos de la kabila de Beni Arós y en Zoco el Had de Beni Berkul apoya con sus ametralladoras el avance de la columna Capaz. Podríamos evaluar, sin hacer ningún ejercicio de exageración, en centenares las víctimas de sus proezas aeronáuticas en la guerra de Marruecos, seguramente nunca suficientemente ponderadas desde una perspectiva “patriótica” o estrictamente militar.
Es verdad que en el periodo que está ausente del ejercicio de la guerra se dedica a actividades ligadas a la aviación, muy reconocidas en aquella época, y que se calificaban como deportivas, consiguiendo récords mundiales de velocidad en diferentes trayectorias y cargas, o consigue mejoras técnicas para los vuelos nocturnos o de poca visibilidad. Hechos que simultanea con sus labores de profesor de las Escuelas de Cuatro Vientos y Alcalá de Henares, e incluso en 1935 es nombrado Secretario Técnico de la Dirección general de Aeronáutica, cargo que desempeña hasta que es destinado en los primeros meses de 1936 como Jefe de la 2ª Escuadrilla de “Breguet”, del Grupo 22, en el Aeródromo de Tablada.
El golpe militar del 18 de julio de 1936 le sorprende en Málaga, ciudad de su esposa Josefina, hija del eminente ginecólogo Dr. Gálvez Ginachero, que a su vez este tenía otra hija casada con otro héroe de la aviación franquista y cuyo nombre también “adorna” la avenida hacia el Aeropuerto de Málaga, Joaquín García Morato, y que también murió trágicamente en una exhibición aérea recién acabada la guerra, el 4 de abril de 1939. Por su parte Haya abandona a su familia e hijos en Málaga y embarca en el “Navemar” para incorporarse a su Escuadra en Tablada, a las órdenes de Queipo de Llano, hecho que realiza con dificultades hasta conseguir llegar el día 22 de julio a su destino, para ser partícipe de la “Santa Cruzada”. Esa misma noche inicia sus acciones militares(2) en un vuelo a Tetuán y a la vuelta bombardea a buques de la armada republicana.
En estas primeras acciones militares, ya el día 25 de julio, con el "DC-2" capturado en Tablada se vincula intensamente al Puente Aéreo del Estrecho, de traslado de tropas de África a la Península, tarea que simultanea con bombardeos nocturnos a gran distancia y con el ejercicio de la jefatura de operaciones de la Aviación del Sur(3). En el aeródromo de Sevilla organiza la Oficina de Información y Operaciones y junto al coronel Federici (Ruggero Bonomi, Comandante de Aviación del Tercio) colabora en la ejecución del paso del estrecho de Gibraltar por el primer convoy marítimo de las fuerzas rebeldes, bombardeando y siguiendo al destructor republicano “Alcalá Galiano” con base en Málaga y que patrullaba la zona el 5 de agosto.
Previamente el 2 de agosto saliendo de Sevilla había realizado un bombardeo nocturno sobre Barajas; después vendrían los bombardeos de Badajoz (9 de agosto), apoya el avance de las columnas que desde Sevilla se dirigen hacia el norte; el 20 de agosto bombardea la Columna de Miaja que se dirigía a Córdoba, todo ellos además lo compagina con labores de piloto personal del general Franco, que por ejemplo lo traslada de Sevilla a Burgos para entrevistarse con Mola(4), así como también ofrece traslados a Queipo de Llano y Aranda y de notables marroquíes e italianos.
Con más de 300 servicios de guerra en los 14 meses que pudo combatir, están datadas oficialmente 760 horas de vuelo, son muchas las ocasiones en que pudo actuar directamente sobre Málaga, y más al ser jefe de las operaciones del Sur, sin embargo son escasos los datos concretos sobre ellos. Indudablemente tuvo que participar en la dirección y organización de las operaciones de bombardeo y terror que sufrió la capital malagueña y otras localidades de la provincia. Como referencia directa de ello solo está el relato recordatorio que hará Tomás de Martín-Barbadillo, Vizconde de Casa González, en memoria de su amigo que dice: “Luego, los bombardeos de Málaga-donde los suyos podían ser víctimas de ruines represalias de la chusma- y los ataques a la flota roja en el Estrecho”(5) y el escrito de Juan Pedro Cortés Camacho que afirma que entre las operaciones de transporte también participó en el bombardeo del puerto de Málaga, fechándolos el 28 de agosto y el 4 de agosto y en su Expediente personal fue el 26 de septiembre en un vuelo en un Miles “Falcon” de Sevilla a Málaga(6).
Pero el hecho más destacado que suele resaltarse de la frenética actividad militar de Haya sea su participación en el abastecimiento al Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, asediado por las fuerzas leales republicanas hasta el 1 de mayo de 1937, en que es finalmente conquistado por estas. El 9 de octubre de 1936 se produjo el primer aprovisionamiento del Santuario por aire, a través de un bimotor DC-2 pilotado por el capitán Haya, aprovisionamientos que siguieron durante todo el asedio con otros aparatos (los Junkers-52 de la Legión Cóndor que iban a Tablada para su revisión y los italianos Saboia–81), y sin los cuales, los sitiados no podrían haber resistido tanto tiempo. De las 170 misiones aéreas al Santuario, al menos 70 serían realizadas por él, en sus horas libres después de realizar los servicios oficiales por todos los frentes de operaciones: Madrid, Toledo, Asturias, Aragón y regreso a Sevilla. Durante su labor de aprovisionamiento en al menos la mitad de ellas también se realizaban bombardeos y ametrallamientos sobre las líneas enemigas, Andújar y otras localidades. Así mismo señalar que además del abastecimiento de elementos de primera necesidad, también se les dotaba de armamentos y municiones para poder resistir(7).
En marzo de 1937 organiza y asume el mando de la 1ª Escuadrilla Nocturna de "Junkers-52", con la que de nuevo durante aquella primavera y verano realiza numerosas acciones de guerra en los frentes del Sur y otros sectores, como el apoyar el avance de Queipo en el Valle de los Pedroches en Córdoba, anteriormente en el frente del Cantabrico. En mayo organiza con motivo de la llegada de un grupo de pilotos instruidos en la Alemania nazi formando el Grupo I-G-22 que desde mediados de junio intervine en el frente de Extremadura con base en Tablada, para posteriormente marchar a Casavieja para intervenir en la batalla de Brunete, pero especialmente actuó en las batallas de Santander y Belchite del 24 de agosto al 6 de septiembre de 1937. Indudablemente independientemente de la intervención que tuviera tanto en la planificación, organización o intervención directa en la ocupación a sangre y fuego de Málaga, el hecho más relevante en el que interviene es el que comandó, por ejemplo, el bombardeo sobre Jaén, el considerado “Guernica” andaluz, el 1 de abril de 1937, ataque que dejó 159 muertos y centenares de heridos.
Disgustado por no conseguir el mando de una Escuadra equipada con los aviones alemanes "Junkers-52", abandonó la Escuadra nº1, y pasó agregado al XXIII Grupo de caza "As de Bastos", en una división legionaria italiana, con aviones FIAT CR-32 “Chirri”, con el que halló la muerte el 21 de febrero de 1938 en combate aéreo en el frente de Teruel al chocar con un avión republicano.
Fue condecorado a título póstumo con la Cruz Laureada de San Fernando y la Medalla Militar Individual y se le concedió un ascenso a Comandante por méritos de guerra. Además fue condecorado con la Medalla de Oro Italiana (Laureada Italiana). El régimen de Franco bautizó en 1950 el Aeropuerto de Bilbao con el nombre de Haya, en el que el día de la inauguración, descubrieron un busto del piloto en las instalaciones, escultura desde 2005 se exhibe en el Museo de Aeronáutica de Málaga, único centro de estas características de patrimonio civil del Estado. Y que Aena aseguró a la prensa que el centro andaluz lo requirió a Bilbao, interesado "por su vertiente civil, porque Haya también fue inventor"(8).
Mientras tanto, en Málaga el 30 de abril de 1956 se inauguraba como "Residencia Carlos Haya del Seguro Obligatorio de Enfermedad", por el Instituto Nacional de Previsión, el conocido centro hospitalario malagueño y las “fuerzas vivas” de esta ciudad consiguieron mantener el nombre del mismo hasta época muy reciente, al igual que a la avenida que da acceso a este que aún hoy pervive, dando fe de la voluntad de los herederos espirituales del anterior régimen. Nadie puede ni quiere que su nombre y su vida no sea recordado en el ámbito familiar o en el de los que se sienten participes del sueño de la “Victoria” en la Cruzada, ni siquiera en los admiradores de la aviación, ello es algo íntimo y humano, pero no lo es que se intente imponer su significación histórica al resto de la ciudadanía democrática ni a los familiares de las víctimas de la más crueles y arbitrarias de las dictaduras fascistas que regaron nuestro país de sangre y fosas en los caminos.
Del terror que los bombardeos ocasionaban en el pueblo malagueño, y en todas las ciudades que sistemáticamente fueron masacradas como Madrid, Barcelona, Guernika,…, la nueva forma de guerra ensayada en nuestra España convirtiendo a las poblaciones civiles como objetivo militar e instrumento necesario para “vencer”, y que hoy constituyen parte esencial del abc de la guerra misma, se pueden ver los estudios realizados por las profesoras de la UMA, E. Barranquero y L. Prieto(9), que cuantifican y detallan el horror vivido por los barrios de Huelin, y el Perchel, entre otros, como se vaciaban por las noches las casas y las gentes se refugiaban en las afueras de la ciudad en el campo, queriendo sortear la muerte(10).
El 26 de diciembre de 2007 apareció publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la Ley 52/2007 por la que se reconocían y ampliaban derechos y se establecían medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, conocida popularmente bajo la denominación de Ley de Memoria Histórica. Entre los numerosos artículos que comprende la norma, el número quince hace una referencia explícita a los símbolos y monumentos públicos heredados de la dictadura franquista(11). Han pasado cerca de 15 años y la contumacia y resistencia del Alcalde, y el PP en general, a cumplir con la legislación vigente, así como el escaso interés anteriormente demostrado por la propia de la Junta de Andalucía, y del propio PSOE, en un primer momento, porque se cumpliera realmente con lo aprobado en las Cortes, son un ejemplo de la trivialización general de la memoria colectiva y de la propia dignidad democrática, y no deja de ser un elemento más que evidencia el agotamiento ético y moral del régimen bipartidista nacido al calor de la transición a la muerte del dictador.
Tampoco ha sido posible, por igual motivo, que cumpla con el acuerdo plenario del Ayuntamiento de Málaga del 2018, en el que se acordó sustituir la avenida Carlos Haya por el de Camino de Antequera, que era su denominación original.
La reciente Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática (BOE de 20 de octubre), en su artículo 35, considera como “elementos contrarios a la memoria democrática” de las "edificaciones, construcciones, escudos, insignias, placas y cualesquiera otros elementos u objetos adosados a edificios públicos o situados en la vía pública en los que se realicen menciones conmemorativas en exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar y de la Dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que sustentaron la dictadura, y las unidades civiles o militares de colaboración entre el régimen franquista y las potencias del eje durante la Segunda Guerra Mundial".
Esperemos que con esta nueva normativa se pueda, de una vez por todas, sortear las resistencias político-judiciales del bloque reaccionario de nuestro país, y se empiece a hacer cumplir las leyes democráticas y, lo que es más importante, que empiece a atisbarse un principio de Verdad, Reparación y Justicia, tan necesarios para la memoria colectiva del pueblo andaluz y español.
(1)“Semblanzas. Carlos Haya González”, Revista de Aeronáutica y Astronáutica, nº365-Abril 1971, p.277.
(2)En la Revista de Aeronáutica y Astronáutica, nº365-Abril 1971, pag.278, lo sitúa en un DC-2 en esta primera acción de guerra, sin detallar su carácter. Por el contrario Angelo Emiliani, en “Carlos de Haya. Un piloto respetado y admirado por amigos y adversarios”, en Storia Militare nº 156 de mayo del 2006 y traducida por la Revista Española de Historia Militar, nº 76, pág. 132, la primera acción de guerra lo sitúa, creemos erróneamente, lanzando bombas en Madrid y Getafe y días siguientes en el Aeródromo de Málaga y Andújar, pues en Madrid y en Málaga los primeros bombardeos franquistas se realizan el 27 y el 22 de agosto respectivamente.
(3)ABC, Sevilla 24 febrero de 1938, pág. 13. (http://hemeroteca.abcdesevilla.es) Tomás de Martín-Barbadillo, Vizconde de Casa González, escribe una nota tras su muerte en la que afirma que simultaneaba el transporte de tropas diurnas con el bombardeo nocturno de los aeródromos de Madrid.
(4)“Semblanzas. Carlos Haya González”, Revista de Aeronáutica y Astronáutica, nº365-Abril 1971, p.278.
(5) ABC, Sevilla 24 febrero de 1938, pág. 13, aquí el autor además hacer referencia a su esposa que quedó en Málaga a su huida y que había sido hecha prisionera hasta la caída de Málaga en que el gobernador republicano se la llevará en su coche con él a Valencia por la carretera de la Costa de Almería y entregándola a Galarza, permaneciendo prisionera hasta su canje por el periodista húngaro Arthur Koestler, que fue llevado por el propio Carlos de Haya en avioneta desde Sevilla hasta Algeciras el 12 de mayo de 1937, mientras su mujer desembarcaba en Gibraltar desde Valencia, hecho que relata el autor húngaro en “Diálogo con la muerte”.
(6)CORTÉS CAMACHO, J.P.,“La epopeya del silencio”, capitulo XIV, p. 344, ed. Breogan. Jaén, 2010. El vuelo de su Expediente personal en EMILIANI, A. “Carlos de Haya. Un piloto respetado y admirado por amigos y adversarios”,…Op., cit. p.137.
(7) “Semblanzas. Carlos Haya González”, Revista de Aeronáutica..., Op. Cit. p. 278. Del armamento suministrado constan oficialmente: Servicios al Santuario 9-10-36 hasta 1-5-37 en su inmensa mayoría consistían en aprovisionamiento (alimentos y municiones 2 morteros del 81, 4 ametralladoras, 8 fusiles ametralladora, 10 mosquetones, 2 pistolas de señales, varias decenas de granadas de 81, 400 granadas para fusil, 1200 granadas legionarias, 76.000 cartuchos, unos 250 cartuchos para casa combatiente, 3000 cartuchos de rifle, 4000 de pistola del 9 largo.
(8) Deia, 17 de marzo 2011, donde este periódico se hace eco de ya se le quitó el nombre de Carlos Haya al Aeropuerto de su ciudad natal y de que Izquierda Unida en Málaga había pedido hacía unos años que se cambiara el nombre del Hospital que en esta ciudad le contaba también con el nombre de Haya por el de Blas Infante.
(9) BARRANQUERO TEXEIRA, E. y PRIETO BORREGO, L., “Población y Guerra civil en Málaga: Caída, éxodo y refugio”, Servicio de Publicaciones de la Diputación provincial de Málaga, Málaga, 2007, pp.99-128.
(10)Ver “El Popular” de 11 de septiembre de 1936, en donde obreros del Ateneo Cultural Libertario del Barrio de La Libertad (Huelin) se quejan del abandono de la barriada por las noches, “barriada obrera y tan castigada por los bombardeos, pues se encuentra en el triángulo "Rompedizo", CAMPSA y la Escuadra, y por las noches queda el barrio solo y las casas abandonadas” aunque ellos montaron una guardia de vigilancia, “restándolo del descanso ya que son trabajadores”, solicitaban de las autoridades que se encargaran de la vigilancia. El norteamericano Edward Norton, simpatizante de los franquistas y presidente de la Casa Bevan SA, una de las principales industrias exportadoras de almendras y pasas, en sus memorias no deja de retratar el dramatismo de la situación que se vivía en la capital malagueña: “una procesión de gente aterrorizada corría en busca de refugio en los arroyos. Llevaban mantas, cacharros, sartenes y cualquier cosa que hubieran podido coger en su precipitada huida. Casi todas las mujeres que pasaban llorando llevaban un bebé en brazos,…” en NORTON, E. “Muerte en Málaga”. Servicio de Publicaciones de la UMA,…, Málaga, 2004.
(11) “Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura…”