Eduardo
Joaquín del Rosal Fernández
Consecuencias de la derrota.
En la mañana del día 8 de febrero de 1937 entraban
en la capital malagueña las avanzadillas de las tropas “moras” y falangistas
que mandaba el coronel Borbón[1]. Habían
terminado los siete meses de acoso continuo, los bombardeos indiscriminados,
las penurias del vivir cotidiano de una ciudad cercada y que desde un principio
acogía a una enorme marea humana de refugiados[2].
Apenas unas horas antes de la caída de Málaga la
gran mayoría de la población, sintiéndose amenazada, decidía huir por el único
camino posible, la Carretera de Almería. Allí padecieron el terrible calvario
del acoso de la aviación y la flota fascista, mientras eran perseguidos por las
fuerzas motorizadas italianas, dejando un sendero de cadáveres a lo largo aquel
tortuoso camino.
Después llegaría la represión fría y brutal, que
llevaría a miles de republicanos, socialistas, libertarios y comunistas a las
cárceles y a ser ejecutados en las cunetas de las carreteras y en las tapias de
los cementerios de toda la provincia. En la capital se calculan que más de 3500
hombres y mujeres fueron asesinadas en las tapias del cementerio San Rafael, el
tristemente célebre “Batatá” y en más de 7000 sin contabilizamos los ejecutados
en los diferentes pueblos y que integran las numerosas fosas que pululan las
localidades malagueñas. Nunca hubo, desde esos instantes, un solo minuto de
libertad en Málaga, la cárcel, la tortura y la muerte fueron la “ley”, mientras
duró el gobierno de terror del dictador y sus aliados[3].
Pepe Gallardo Moreno, concejal comunista, Secretario general UGT local y Comisario Batallón "Méjico", fusilado
La mayoría de los dirigentes
del PCE y muchos de los militantes malagueños fueron ejecutados al finalizar la guerra,[4] Otros
fueron a parar a campos de concentración, batallones de trabajo y a las
cárceles, como José Sánchez Santos y los dirigentes de las JSU Esteban Guerra,
Eduardo Muñoz Zafra o Antonio Rubiales. El resto intentó sobrevivir en un medio
hostil, donde la organización nunca dejó de existir totalmente. La audacia,
valentía y espíritu de lucha sólo pueden explicar que el PCE se reorganizara.
Allí donde había un comunista existía el Partido.
Otros sufrieron un largo
exilio como Luis Abollado en la URSS, Lina Molina y Luis González en Francia,
este último asesinado bajo la ocupación nazi, Tomás García en Santo Domingo y
Francia, Adolfo Sánchez Vázquez en Méjico, o Manuel Morales Reyes en el norte
de África.
Los que al final se
encontraron en el puerto de Alicante y no pudieron salir del país, como Esteban
Guerra, lo recuerdan:
“Cuando acaba la guerra la última resistencia fue en el muelle de Alicante,
allí al primero que vi fue a Rodrigo Lara,..., allí estaba Baldrich de La
Línea. Bueno pues allí con sacos de lentejas hicimos trincheras, traimos los
cañones y los pusimos allí, nosotros no entregábamos nada. Y decíamos: si
vienen los italianos por nosotros se van a quedar aquí. Todas eran fuerzas
aguerridas y comunistas además. Los italianos se olieron el tomate y pensaban
que si entraban allí se iban a quedar todos. El jefe de nuestra División era
José Recalde, que era del partido, estaba con su uniforme con sus estrellas de
teniente coronel y decía: ¡Que vengan!
En el puerto de Alicante no teníamos más salida que esa, dejarnos matar
era una tontería y se discutió con un jefe que vino a parlamentar. Estuve en
Albatera hasta que se terminó el campo, habíamos 30.000,..., eso sería en abril
hasta octubre del 39, unos siete meses.”[5]
En el campo de concentración de Albatera,
que reunía a cerca de 12000 presos en condiciones infrahumanas, se concentraba
un gran número de dirigentes comunistas, que no habían podido salir de España,
que inmediatamente constituyeron un Comité de Campo, entre los que estaban el
director de Mundo Obrero Manuel Navarro Ballesteros, Ramón Ormazabal,
Jesús Larrañaga, Montiel, José Cazorla y los malagueños Enrique Sánchez [6]
y Rodrigo Lara Vallejo.
Semanas después de la entrada de las tropas
franquistas en Madrid ya se inician los pasos para constituir la primera
delegación del Comité Central del PCE en la clandestinidad, compuesta por el
malagueño Enrique Sánchez que había logrado salir del campo de concentración y
José Cazorla Maure de la Ejecutiva de las JSU, además del doctor José
Izquierdo, Amable Donoso, Ramón Torrecilla, Antonio Buero Vallejo, y Matilde
Landa como responsable del Comité Provincial de Madrid.[7] Tras la
detención de esta última, en abril, los restantes miembros del Comité tuvieron
que abandonar las actividades
clandestinas y a finales del año serían detenidos. Durante la detención
Enrique Sánchez “...era torturado
a todas horas para arrancarle confesiones
comprometedoras para camaradas y organizaciones no conocidas por Donoso. Esto
duró semanas. Pero Enrique Sánchez no abrió la boca. Según él, cuando un
comunista no tiene fuerzas para soportar la tortura, debe quitarse la vida.
Todo antes de facilitar al enemigo una información perjudicial para el Partido
u otros camaradas”[8].
Posteriormente fueron Cazorla y Enrique Sánchez recluidos en la cárcel de Conde
de Toreno, siendo fusilados el 2 de julio de 1940.
También en Albatera estaban otros
cuadros de Málaga que se cambiaron sus nombres, por los de otros que habían
caído, y organizaban huidas para salvar sus vidas y poder seguir la lucha.
Entre ellos estaban Joaquín Luna Nieto y Antonio Garrido, que consiguieron
escapar. Puesto que llevaban encima un petate con ropa nueva estuvieron
observando los pasos de las comisiones depuradoras que visitaban el campo
diariamente y un día se camuflaron entre ellos. Joaquín sería uno de los
primeros reorganizadores del PCE. Otros corrieron peor suerte como Rodrigo Lara
Vallejo, el Secretario provincial de Málaga, que cuando estaba en la Plaza de
Toros de Alicante, convertida en campo de clasificación, tomó el nombre de un
miliciano caído en el Chorro, Pérez Amat, y junto a otros militantes malagueños
constituyeron grupos pequeños para no llamar la atención y dificultar su
reconocimiento. Luego Rodrigo Lara fue trasladado a Albatera, de allí intentó
escapar pero fue detenido y posteriormente sería ejecutado.[9]
El inicio. Primera
reorganización de los comunistas malagueños.
Los primeros contactos son aislados y los
llevan a cabo jóvenes comunistas que había tenido responsabilidades en las JSU
y se realizan entre 1939 y 1940, con el
objetivo de recaudar fondos para los presos. Y constituyen la primera dirección
efectiva a finales de 1940, con José Luna Nieto como Secretario Político, José
Cerezo, Enrique Doménech, Enrique Tirado, Antonio González, Muñoz, Antonio
López y Salido. Esta reorganización la llevarían a cabo los dos primeros
utilizando como cobertura para los contactos
una agencia de publicidad que fundaron, PROFUCIO, que les servía de
sustento y como medio para avalar y recomendar a otros militantes para la
obtención de trabajo o para no ser detenidos. Consiguieron establecer células
en los barrios de El Palo, Puerto de la Torre, Centro, Capuchinos, Malagueta,
Victoria, Ciudad Jardín, etc.
Si la ayuda a los presos y sus familiares,
con alimentos, medicinas o dinero era una de principales tareas de aquellos momentos de clandestinidad. Hubo un caso de especial relevancia
que tuvo por protagonista a Joaquín Luna, que se vio comprometido con la madre
de los Gallardo, doña Elvira, que había sido para los jóvenes comunistas “La
Madre”, y que cuando su hijo José, que había sido concejal comunista y
Secretario General de la UGT en Málaga, había sabido del encarcelamiento de su
compañera, aunque ella no se había significado políticamente, este se presentó
en la Cárcel de Mujeres de Málaga para verla y entregarse. Cuando lo iban a
fusilar, el 1 de julio de 1941, doña Elvira abordó a Joaquín rogándole
que hiciera todo lo posible por rescatar el cuerpo de su hijo de la fosa común.
Como quiera que uno de los integrantes del Tribunal de la Masonería y el
Comunismo, era conocido de Joaquín Luna, por haber pertenecido ambos al Patronato
de Exploradores de Málaga durante la República, este acepto el peligroso
asunto. Luna cuenta este episodio:
“... Hube de requerir a D. Carlos
Álvarez Ulmo no antes de muchas valoraciones, pros y contras, solo de ti para
mí por encima de riesgos, redactó el oficio (...) La madrugada siguiente Pepe
Alcaraz, Elvira, Concha y su hermano, yo y el sepulturero[10]
fuimos testigos de la extracción del cadáver y previamente adecentado de las
heridas y envuelto en sábanas llevadas por su madre fue enterrado en una fosa
particular (...) Como llovió torrencialmente hubimos de penetrar en la fosa
llena de agua, buscar entre los cadáveres hasta dar con el de Pepe Gallardo,
limpiado con aquellas aguas generosas del cielo que sirvieron de abluciones a
cuerpo de persona tan querida de las clases trabajadoras de la ciudad...”[11]
Mientras
tanto, la empresa PROFUCIO evolucionaba tan positivamente que llegaron a montar
una película sobre los productos de la tierra, y que iba a ser titulada “Málaga, perla del sur mediterráneo” y
donde participaron los Coros y Danzas de la Sección Femenina. Algo así en
aquellos tiempos no podía llegar muy lejos y, a finales de 1941, dos avalados
por la empresa, un tal Jiménez y otro conocido por “Madriles”, fueron
detenidos, lo que conllevó a que Enrique Doménech y Joaquín Luna fueran
detenidos y llevados al cuartel de la Guardia Civil de Nateras. Allí conoció
que en Madrid un tal Neira había hablado de él en un interrogatorio, y estuvo incluido en el llamado “Proceso del
Niño de Sevilla” del que salió en libertad de la acusación de adhesión a la
rebelión en enero de 1943.[12]
En manifiestos del Comité Central
de agosto de 1941 y septiembre de 1942 el PCE había realizado una llamada a
crear la "Unión Nacional",
con el objetivo de impedir la entrada de España en la II Guerra Mundial y
constituir un gobierno de unidad nacional una vez derrotada la dictadura y
fueran restablecidas las libertades políticas y la República. El Partido
llamaba a sabotear la producción destinada a Alemania y realizó una campaña
contra el alistamiento en la División Azul bajo el lema “Ni un hombre, ni un
arma, ni un grano de trigo para Hitler”.[13]
Mientras, José Díaz Ramos, enfermo desde antes del final de la guerra fallece,
el 21 de marzo de 1942,en Tbilisi sustituyéndole en la Secretaría General
Dolores Ibarruri.
Las células comunistas tenían
entre sus preocupaciones el debatir la evolución de la Guerra Mundial a través
de los detalles que daba por radio "La
Pirenaica" y la BBC. Además
confeccionaban a mano una hoja resumiendo las principales noticias que luego
eran repartidas entre la gente afín. También recogían unos boletines
multicopiados del Consulado francés y
revistas de los consulados inglés y americano, para propagar las
noticias de los Aliados. Asimismo, en contacto con el consulado, pasaban a
franceses de la resistencia que iban a Casablanca o Tánger concertando el viaje
en barcos de pesca que salían desde el puerto malagueño[14].
La organización del PCE estaba
estructurada para sortear los peligros de la clandestinidad y primero lo
hicieron con el trabajo en cadena, es decir, en contactos aislados de uno en
uno. Posteriormente lo harían en troica, en células de tres, y siempre utilizando nombres de seguridad. A
pesar de las precauciones eran continuas las detenciones de militantes. Sin
embargo, el Partido seguía reforzándose y las guerrillas en la provincia
estaban adquiriendo importancia, lo que hacía que el régimen acentuara la
vigilancia y la represión.
Agrupación guerrillera de Málaga y Granada
En los días que antecedieron a la
caída de 1944, en el seno del Partido Comunista de Málaga se celebraban
numerosas reuniones del núcleo dirigente: José Cerezo como Secretario general,
Enrique Doménech, Enrique Tirado, Antonio González, Antonio López, Muñoz,
Salido y Joaquín Luna, que había sido el primer Secretario General en 1940 y
que había salido de prisión en 1943. Estas reuniones tenían por objeto el
traspaso de la secretaría general a Luna, pero éste último no accedía a ello
hasta que no se cumplieran ciertas medidas de seguridad, entre las que resaltaba
la de reorganizar nuevamente todo el Partido en Málaga, para que adquiriera
mayor seguridad, ante posibles infiltraciones de la policía. Además Luna tenía
serias reservas sobre un "delegado" llegado de Madrid que por aquel
entonces mantenía contacto con Cerezo, y otros militantes, mostrando un
especial interés por conocer la organización guerrillera y los cargos
directivos del partido, muy especialmente quién se iba ha hacer cargo de la
secretaria general.
Por aquellos días también había
recalado en Málaga un antiguo coronel de caballería, don Moisés, conocido por
Luna, en el frente extremeño durante la guerra, y que pretendía que en Málaga
se llevara un descabellado levantamiento aprovechando la importante presencia
de antiguos carabineros y Guardias de Asalto en las filas del Partido.
Asimismo, coincidió esto con la llegada de otro militante, Antonio Castillo,
que traía el ofrecimiento de armas de unos "amigos" que estaban en
Gibraltar para las guerrillas. Todas estas coincidencias hicieron que Joaquín
Luna abrigara aún más sospechas sobre la existencia de un intento de
liquidación de toda la organización
malagueña. Es por ello que puso sobre aviso a Antonio Castillo, y este
huyó hacia Valencia.
Las precauciones que empiezan a
tomarse hacen que el "delegado" de Madrid desapareciera, sin la
documentación que pretendía, y al poco tiempo comenzaron las detenciones en la
capital. Todo parece que debido a la labor de un confidente de Sevilla, aunque
también hay la versión de que fueron los servicios de información
norteamericanos, con los que se colaboraba, los que entregaron a los
resistentes e incluso se habló de la participación del cónsul estadounidense[15].
La policía consiguió desmantelar la organización malagueña en febrero de 1944,
deteniendo a unos noventa militantes, y destruyendo a la vez la cadena de
transmisiones entre la costa y Madrid, así como el aparato del partido en Ceuta
y Melilla.[16]
Manuel Martín Rico, "Niño de la Noche" y anteriormente alcalde comunista de Nerja
Fué detenido Joaquín Luna, en la
notaría donde trabajaba, junto a prácticamente toda la dirección del Partido.
José Cerezo cuando tuvo la evidencia de la orden de detención huyó hacia el
puerto para esconderse en unas barcas motorizadas, como había acordado antes
con unos marineros colaboradores para una supuesta reunión en alta mar, para
luego por la noche ir hacia las costas africanas. Pero la policía lo estaba
esperando y Cerezo se tiró al agua, por lo que tuvieron que rastrear toda la
zona de embarcaciones amarradas, hasta que Cerezo agotado bajo el agua emergió
y fue atrapado.
Durante los días que estuvieron en
la Comisaría de la Aduana fueron sometidos a “hábiles” interrogatorios, donde
las palizas y las horas de pié con la cara pegada a la pared eran continuas.
Tras las primeras declaraciones fueron trasladados a la Prisión Provincial y recluidos
desde el primer momento en celdas de condenados a muerte, donde pasaron horas
de gran angustia. Allí discutían sobre la situación en que se encontraban,
Antonio González y Pepe Cerezo, estimaban que la coyuntura internacional jugaba
a favor de ellos, sin embargo el resto era más pesimista en lo concerniente a
recibir ayudas exteriores y pensaban que “el
fascismo si tenía que caer lo haría matando”.
Al sexto día de encierro, a las 7 de la
mañana, se escuchó el abrir de los cerrojos y como los carceleros comenzaban a
nombrar a los que debían recoger sus pertenencias para efectuar un traslado:
Tomás Cerezo, Joaquín Luna, Luis Martín, José Jiménez, Antonio Antón, José
Montero, Esteban Guerra y Pedro Fernández Viguria, eran llevados al celular
central. Mientras el resto de ellos: José Cerezo, Salvador Soler, Enrique
Tirado, Antonio González y Adolfo Pacheco permanecieron en las celdas de
condenados a muerte, a pesar de que ni siquiera habían sido enjuiciados
todavía.
En el Palacio de Justicia el 21 de
abril, a las 10 horas, se inició el Consejo de Guerra con carácter sumarísimo
de la causa nº 256, instruida por el juez militar nº 3, Teniente Coronel,
Francisco Sánchez del Pozo España y de fiscal Mamerto Cerezo. En Málaga se intentó una campaña de
propaganda en favor de los presos y a la llegada de estos fueron recibidos, por
una multitud de familiares y amigos, como héroes y se escuchaban gritos desde
la calle de ¡Libertad, libertad,...!.
Durante la audiencia Antonio
González realizó unas declaraciones atacando al tribunal como "enemigos del pueblo" y
anunció la próxima liberación nacional con el triunfo de los Aliados en Europa.
Esto junto a ser considerado universitario hizo que vieran en él, jueces y
policías, al "cerebro" de la organización que tanto perseguían
conocer durante los interrogatorios. Las
sentencias fueron durísimas, decenas de años de cárcel para unos y, lo peor,
sentencias de muerte para cinco de ellos.
La noche trágica en que estaba
previsto el cumplimiento de las sentencias, Cerezo, Soler, Tirado, González y
Pacheco, cuenta José Luna: "todos
los condenados la pasamos entre sollozos, vivas a la República y rabia de
impotencia,...". Cuando efectivamente sacaron a los cinco condenados
de sus celdas estos se resistieron a ser amarrados con alambres y fueron
salvajemente golpeados, Antonio González daba estentóreos vivas a la República
y al Partido Comunista, siendo callado mediante brutales culatazos en su cabeza
por los guardias civiles que los llevaban hacia la muerte.
Fueron fusilados, el 8 de agosto,
junto a las tapias del cementerio de San Rafael, donde ya habían caído miles de
luchadores antifascistas. Al día siguiente los presos realizaron un plante que
consistía en no coger el desayuno, como señal de luto por sus camaradas asesinados[17].
Alfredo Cabello Gómez de Acebo
Nuevas reorganizaciones del PCE.
A la anterior dirección comunista
en Málaga le sustituyó otra encabezada por Antonio Campos Roldán, dirigente
ferroviario y antiguo concejal en la Gestora Municipal del Frente Popular, que
junto a Rafael Palma Herrera en la secretaría de organización estructuran un
nuevo Comité Provincial, entre los que se encontraban: José Chicón Martín,
Enrique Doménech Calderón, Alfredo de Jorge Romero, Ricardo de la Cuesta
Borrallo, José Grimaldi Navarro, Germán Yánez Lozano, Francisco Pérez Yuste,
Pedro Morales Periañez, Diego Gil Gutiérrez, Juan Gil Gutiérrez, Diego Vivas
López, Salvador Márquez Fernández, Diego Jiménez García y José Morales Sánchez.
Todos ellos fueron detenidos, en agosto de 1945, junto a militantes de
Estepona, Marbella, San Pedro de Alcántara, Parauta, Benahavís, y Torrox.
Precisamente en esta última localidad detienen además de al maestro Germán
Yañez a Antonio Álvarez Espejo, José Núñez Noguera, Eduardo Luque Vallejo, José
Álvarez Mesa y José Mesa López.
Juzgados en Consejo de Guerra
Sumarísimo, acusados, junto a otros 106 militantes, de la acción política
llevada a cabo en nombre de la Unión Nacional en las costas malagueñas. Tras el
juicio estos dirigentes fueron condenados a penas de entre cuatro y un años de
prisión.[18]
A pesar de esta caída tan
importante el PCE, en 1945, siguió funcionando mediante una serie de células
que no se vieron afectadas en la capital, y consiguieron mantener una
importante implantación en las principales zonas industriales. Estas células se
agrupaban en cuatro Radios con sus respectivos responsables al frente y se
contactaban entre sí mediante enlaces
con el Comité Provincial.
Las principales actividades de
esta organización seguía siendo la recaudación de dinero para el socorro a los
presos políticos y sus familiares, así como para el mantenimiento de la `propia
organización. Pero además realizaban modestas distribuciones de propaganda del
Partido, entre ellas el periódico Unidad
o extractos de Mundo Obrero;
realizaban pintadas de la “R”, de Resistencia o República; y también
hacían labor proselitista para la captación de nuevos
militantes para el Partido y las guerrillas. La coordinación y las
instrucciones de órganos superiores, así como el suministro de la propaganda y
la recogida de la recaudación de dinero de las células las realizaba un enlace
que contactaba con los jefes de cada grupo y con el responsable de Radio o del
Comité Provincial.
Los jefes de Grupo y células del
Radio nº 4 eran: La célula nº 1 que comprendía la zona de la Estación de
ferrocarriles y tenía por responsable a Rafael Pérez García; la célula nº 2
actuaba en la zona del Perchel y su responsable era Francisco Calderón Torres
que trabajaba como cerrajero en los Talleres de los ferrocarriles; la célula nº
3 en el sector de la S.A. VERS y cuyo
responsable era un obrero de la fábrica del Gas; la célula nº 4 en el sector
del barrio de la Trinidad y su responsable era el denominado Frasquito “el
Estraperlista”; y la célula nº 5 que actuaba en el distrito de los Guindos y
tenía por responsable a José Sánchez García “el Chato” que trabajaba como
fundidor en la fábrica del Plomo de Huelin y era natural de Vélez-Málaga.[19]
Julio Ramos Corral fusilado el 12-12-1939
Dentro de los Talleres de
Ferrocarriles actuaba un comité del Partido organizado por Francisco Calderón
Torres y del que formaban parte Juan Pérez Guerrero que era mecánico y natural
de Mengibar (Jaén) como responsable político; Rafael Pérez García, ferroviario
de Pizarra, como responsable administrativo; José Rodríguez Martín de
responsable de agitación y propaganda; además de Manuel Cobos Sánchez que era
carpintero de los talleres y Francisco Martín Ramírez, entre otros. En otras
empresas trabajaban Francisco Montoya y
Antonio López Molina en la Fábrica “La
Esperanza” de Ruperto Heaton, este último era natural de Játiva y estaba
desterrado en nuestra ciudad; José Martínez Pérez que era carpintero en los talleres de la S.A. VERS;; Francisco Reina que
trabajaba como mecánico en la Fundición Gallego
del Pasillo de Santo Domingo; Antonio Jiménez Mandly que era metalúrgico.
Durante este periodo el Partido
buscaba la visibilidad de la oposición a la dictadura entre el pueblo y no
dudan en realizar modestas acciones por muy arriesgadas que parecieran. Así
se impulsa la consigna de que todos los
miércoles fueran días de la Resistencia, y
que en este día no se hicieran compras de ninguna clase, ni siquiera se
montaran en el tranvía. A la vez se pintaban la "R", de Resistencia y República[20], por
todos los sitios que se pudieran. También jóvenes comunistas iban en parejas, simulando ser novios, para
colocar banderas republicanas, que llevaban escondidas en paquetes como si
fueran dulces, en el Seminario y en el Castillo de Gibralfaro. Esta labor la
realizaban grupos de acción a la que denominaban “mosqueteros del Llano” siendo
su jefe o responsable Francisco Moreno Morillas, así en noviembre de 1945 llegan a realizar pintadas de “Viva la
República” y de la “R” en la Rosaleda, en el barrio del Perchel cerca del
mercado, en el camino de Casabermeja y en el barrio de la Trinidad. El 31 de
diciembre colocaron banderas republicanas en el monte San Antón, en el Cerro
Coronado, en el castillo de Gibralfaro. En esta actividad participaron Antonio
Ruiz Gómez y su hermano Manuel, además de otros dos militantes más.
Coincidiendo con la caída de un
nutrido grupo, de hasta 90 comunistas en 1946, tras la detención de Alfredo
Cabello Gómez de Acebo en la capital, fue elegido Secretario General Antonio
López "el aparejador" que poco después accidentalmente fue detenido y
posteriormente también fusilado.
En aquellos años Joaquín Luna fue
elegido Secretario General del PCE en el interior de la Prisión Provincial, en
donde también se discutía de la situación internacional y el desarrollo de la
Guerra Mundial y se editaba Vanguardia[21]
como órgano del PCE en la Prisión Provincial en 1946. Posteriormente Luna y el Comité de la cárcel
dimitiría por una controversia con Ramón Vía con el que no estaban de acuerdo
en como se iba a realizar la operación de fuga, ya que iba a ir acompañado de
militantes a los que les quedaban apenas unos meses de condena[22].
El periódico Unidad, comienza a editarse en 1946 y era el órgano del Comité
Provincial, se elaboraba con una multicopista que situada en la barriada de
Ciudad Jardín, el cliché estaba en Molinillo del Aceite y el papel y la tinta
en la calle Agua. Finalmente lo confeccionaba Manuel Romero Díaz que se lo
entregaba a Francisco Montoya para su distribución, que a su vez quedaba con
otros distribuidores en las zonas de la Catedral, calle Santa Maria y en las
puertas de los cines, con la correspondiente contraseña. Las últimas veces que
se editó el periódico se hizo en las oficinas de la Sociedad Anónima "El
Ocaso", y de su último número se hizo una tirada de 6000 ejemplares, era
en 1947[23].
Con anterioridad, a finales de
1945, el Comité Provincial del PCE había
editado un Boletín interno denominado Nuestra
Línea[24]
que duraría hasta enero de 1947. Estaba estructurado en tres apartados: Unidad, Lucha y Organización. En Lucha planteaba incrementar el
reclutamiento para los guerrilleros del monte y del llano, y que cuando hubiese
un detenido se debía desatar inmediatamente una campaña de protesta que evitase
la impunidad de los crímenes, como en el caso de Juan Alba, que había sido
brutalmente torturado y criticaba la incapacidad del Partido para movilizarse.
Sin embargo se congratulaba de la conseguida en favor de Ramón Vía, que aunque
lenta e imperfecta había logrado el fin de sus torturas y evitado su “ejecución silenciosa”.[25]
El boletín interno Nuestra Línea, coincide con la difusión
externa de Unidad, y es un material
de primer orden para conocer la evolución de la organización clandestina del
Partido y de sus objetivos políticos. Así en
de enero de 1946, planteaba la creación de comités de enlace entre el
Partido Socialista y el PCE, y también entre los sindicatos UGT y CNT,
proponiendo crear grupos de solidaridad en las empresas, barriadas y aldeas.
Además apelaba a la creación de grupos de mujeres hasta conseguir formar el Frente Femenino Antifranquista Malagueño.
Igualmente con relación a los intelectuales y hombres de la cultura fomenta la
creación de un Frente de Intelectuales
Antifranquistas Malagueños. Y en los cuarteles se propone crear Juntas de Resistencia Antifascista. Como
medidas para combatir el terror franquista propone además de movilizaciones,
consistentes en huelgas, manifestaciones o cartas, señala el solicitar de los
cónsules de las naciones democráticas que intercedan a favor de los presos, al
igual que se realizó con Ramón Vía y Fernández Gálvez. También desde este
periódico se impulsaban tareas de solidaridad ante la miseria que padecían los
familiares de los detenidos y que cuando se carecieran de medios llegaba a
aconsejar el asalto a almacenes y tiendas de grandes estraperlistas para “que no haya en nuestra provincia un solo patriota
que se muera de hambre y frío”.[26]
Acto del PCE en Moscú en 1940 con Dolores, Isidoro Acevedo, Enrique Lister, Irene Falcón,...
El Comité Central PCE celebró su
primera reunión después de la guerra en Toulouse, el 3 de diciembre de 1945.
Allí se aprobó una nueva línea política que suponía la apertura hacía la
incorporación a la lucha contra la dictadura de sectores que habían sido
aliados de Franco. Dolores Ibarruri en su informe proponía la formación de un
gobierno de “coalición nacional”, compuesto por la izquierda, representantes de
los bloques monárquico y católico, e incluso militares del ejército franquista,
y que tendría por objetivo organizar un plebiscito en el que el pueblo español
determinara la futura forma constitucional del estado. Apenas dos meses después
el PCE anunciaba la integración en la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas
(ANFD)[27],
organización que integraba a socialistas, libertarios y republicanos que había
nacido como contraposición a la Unión Nacional de hegemonía comunista.
Para reforzar la organización
partidaria y la acción guerrillera es enviado a Málaga, después de pasar por la
Escuela de Adiestramiento del PCE en Toulouse, el médico Luis Campos Osaba,
bajo el pseudónimo de Alfredo o Jesús, junto a Manuel López
Castro. Ellos dedicaron sus mayores esfuerzos a mejorar la conexión entre el
partido y las guerrillas, apoyados en estas tareas por Carmen Gómez y Ana
Gutiérrez Rodríguez que hacían de enlaces, primero desde la cárcel y luego en
el exterior, transportando información, documentos, prensa y dinero. Luis
Campos fue el responsable de la llegada a Málaga de Alfredo Cabello, para
hacerse cargo de la jefatura de las guerrillas, tras la caída de Ramón Vía y en
esas labores estuvo actuando hasta que fue requerido para ir a Sevilla, en
junio de 1947, para reorganizar el Comité Regional del PCE junto a Ricardo
Beneyto y José Mallo Fernández.
La política de acercamiento a los
socialistas no fue aceptado de buen grado por los militantes malagueños, que
cuestionaban la sinceridad y la fiabilidad política de éstos. Todavía
recordaban los sucesos finales de la guerra y la entrega de los comunistas a
las tropas de Franco. Así muchos cuadros siguieron trabajando por la Unión
Nacional, obviando las directrices superiores de acercamiento a socialistas,
libertarios y republicanos[28].
En estas fechas Cristóbal Criado es encargado, por la dirección, de organizar
la solidaridad y la ayuda a los presos y sus familiares, creando el Socorro
Popular Pro-presos de Málaga. Buena parte de la militancia comunista caería
nuevamente, entre marzo y junio de 1946, con la detención del jefe guerrillero
Alfredo Cabello Gómez de Acebo al que se le incautó documentación con una relación de militantes.
El PCE celebra su III Pleno, del 19 al 22 de
marzo de 1947, en la Alcaldía de Montreuil (París). En su informe Dolores
Ibarruri señalaba que con un Gobierno, en el exilio, presidido por Rodolfo
Llopis, donde se integraban todas las fuerzas republicanas, incluido el PCE,
resultaba paradójico que no se pudiera crear
un frente republicano de todas las organizaciones democráticas que lo apoyaban
y en el cual se apoyara para dirigir en el interior la lucha por el
restablecimiento de la República. Para ello proponía la creación de un Consejo
de la Resistencia donde podrían integrarse la ANFD y otras organizaciones como
las Agrupaciones guerrilleras, las juventudes, los intelectuales, etc. Por otro
lado el informe de Santiago Carrillo hizo hincapié en la necesidad de
reconstruir la UGT clandestinamente en los centros de trabajo para en un paso
posterior impulsar la huelga general política. Asimismo, Antonio Mije, se hizo
eco de la publicación malagueña Unidad y de la intensificación de todo
tipo de propaganda en las calles de España contra la dictadura. [29]
Antonio Mije
Así la noche del 30 de abril de 1947, como
queriendo reafirmar las palabras de Mije, una brigada de seis militantes,
encabezados por Carmen Gómez que había salido de la cárcel el año anterior,
fueron al monte de las Tres Letras, donde estaban pintadas las siglas de las
Juventudes Nacional Sindicalista de Falange, y las cambiaron por las de las
JSU. Amaneció el 1º de Mayo en Málaga con una enorme JSU que podía verse desde
toda la ciudad y con cuatro banderas republicanas colocadas por el mismo grupo
en el Camino del Colmenar[30].
Tras este episodio, al mes siguiente, Carmen Gómez y su compañero Luis Campos
Osaba se van para Sevilla a reorganizar el Comité Regional.
El referéndum anunciado por el Régimen de
Franco sobre la “Ley sucesoria en la Jefatura del Estado”, para el 6 de julio,
es denunciado por el PCE como un intento de la dictadura por maquillarse con
una fachada monárquica para hacerse aceptable a los ojos de las potencias
occidentales. Así, el 17 de junio, el Comité Central del PCE lanza un
llamamiento a la abstención y a realizar acciones de cualquier tipo que
hicieran visible la oposición a la dictadura[31]. Tras
los resultados el PCE denunció el enorme “pucherazo” llevado a cabo por el
Régimen y que a pesar de ello había supuesto un fracaso político, pues a pesar
de las amenazas que había realizado contra los trabajadores estos no había
acudido en masa a las urnas.[32]
Algunos
aspectos relacionados con la acción armada del PCE en Málaga.
Desde 1944 a la estrategia de oposición a
la dictadura franquista, el PCE, impulsa la lucha armada desde la acción
guerrillera. Si bien hubo núcleos de socialistas y anarquistas, lo cierto fue
que ni PSOE ni la CNT se implicaron oficialmente en la oposición armada al
Régimen[33]. Los
primeros desembarcos en las costas malagueñas y granadinas datan de noviembre
de 1943, y eran exiliados comunistas, instruidos por los norteamericanos para
que les facilitaran información estratégica del Estrecho.
Un día de octubre de 1944 Ramón
Vía Fernández, reconocido miembro del maquis francés, junto a un grupo de diez
guerrilleros, llegados desde Argel, desembarcan en las playas cercanas a La
Herradura. Ramón Vía[34],
y su grupo, tomaron contacto con huidos que ya operaban en Málaga y constituyen
el VI Batallón, siendo Jefe Supremo de su Estado Mayor. Vía y su grupo actuaron
en la Axarquía y comarcas cercanas a Granada, consiguiendo crear una amplia red
de enlaces, organizar 65 Comités de "Unidad Nacional" y distribuir
hasta 4000 ejemplares de "Por la
Unidad de la República".
Detenido, el 15 de noviembre de
1945, tras una delación, fue brutalmente torturado sin que pudieran hacerle
hablar sobre el entramado organizativo de las guerrillas que él dirigía. Ya en
la Prisión Provincial de Málaga, escribió
un manifiesto, “Yo Acuso”,[35]donde
relataba las terribles torturas a que fue sometido y como había protagonizado
un intento de suicidio para no delatar a sus compañeros[36]. El Partido realizó una amplia
campaña para salvar su vida, distribuyendo numerosas octavillas en los
barrios. Francisco Montoya, enlace con
el Estado Mayor de la Guerrilla, llevó unas cartas a los cónsules americano,
inglés y cubano, pidiendo que intercedieran por la vida de Vía y dejaran de
torturarlo. Del éxito de esta campaña se hizo eco el boletín del Comité
provincial del PCE Nuestra Línea y el del alto mando del Ejército
Guerrillero ATAQUE.[37]
Desde la cárcel Ramón Vía organizó una fuga
colectiva, el 1º de mayo de 1946, a través de un túnel, escapando 26 presos,
militantes de la CNT y del PCE. De esta fuga se hace eco Mundo Obrero
poniéndolo como ejemplo de firmeza revolucionaria y señalando como sus primeras
palabras al estar libre fueron: “Ya estoy de nuevo con vosotros y dispuesto
para la lucha” [38]. La
dirección del Partido dio orden de salvar a los evadidos y se encargó a Alfredo
Cabello y a José Muñoz Lozano “Roberto” de llevar a cabo la operación, como
máximos responsables del Partido en la provincia[39]. La mayoría, sin embargo, fueron detenidos y
el propio Vía junto a Antonio Daza López, Miguel Martín Cantos y Salvador
Bermúdez Luque, que les había dado cobijo, fueron veinticinco días después,
asesinados al aplicarles la Ley de Fugas[40].
También es de destacar la figura de Alfredo
Cabello Gómez de Acebo[41] que
llega a Málaga el 7 de septiembre de 1945, asumiendo el cargo de Jefe
Provincial del Estado Mayor de las guerrillas, tras la caída de Ramón Vía.
Apenas ocho meses después, intentando organizar la coordinación entre partido y
las guerrillas, montando estafetas de enlace entre estos y desarrollando la
política de Unión Nacional, es detenido, el 21 de mayo de 1946. Fue brutalmente
torturado en los calabozos del Cuartel de Segalerva por la guardia civil. En la
detención le encontraron abundante documentación, lo que ocasionó la caída de
numerosos militantes de Málaga y la provincia, de los que serían encausados
sesenta y nueve de ellos.
Fue juzgado en Consejo de Guerra Sumarísimo,
el 26 de enero de 1948, en la causa 573/46 junto a los, “Mosqueteros del Llano”,
Francisco Moreno Morilla, Francisco Martín Ramírez y Juan Aparicio Jiménez que
habían participado, el 5 de mayo de 1945, en el atraco al OCASO S.A., donde se
incautaron de 6026 pesetas para la organización clandestina que fue entregada a
Alfredo Cabello. Fueron condenados a la pena de muerte por el delito de
Rebelión Militar. Aunque se le conmutó la pena a Francisco Martín por la de 30
años de prisión.
La noche previa a la ejecución de
la sentencia, que era el 5 de marzo, estuvieron cantando himnos guerrilleros,
la Internacional, etc. Cuando los llevaban para el cementerio gritaron: ¡Viva la República! ¡Viva el Socialismo!
A Alfredo Cabello lo dejaron el último, el Teniente Coronel Juez, Juan Fariñas
Carvajal fue el encargado de confirmarle la pena de muerte. Alfredo Cabello le
dijo: "como usted va a ir esta noche
dígame ¿está el nudo de la corbata bien?". Fariñas le contesto: ¡Sí está muy bien!. A. Cabello le
espetó: "A ver si usted el día que le toque su "hora" es capaz
de hacerlo" y cuando fue a firmar le dijo: "Ha visto cómo no me tiembla el pulso! Cuando usted vaya esta
noche allí verá como mueren los comunistas".[42].
En la misma causa que los anteriores,
también se reconoce a Cristóbal Criado o Francisco Montoya, que fueron
detenidos, junto a numerosos militantes, por sus actividades subversivas
consistentes en ocultación de armas,
pintar la “R” de Resistencia y República, reparto de octavillas, colocación de
banderas republicanas y servir de enlaces de las guerrillas.
La lucha armada continuaría en las sierras
malagueñas dirigidas por José Muñoz Lozano “Roberto”[43], que toma las riendas de la
guerrilla malagueña y granadina, en septiembre u octubre de 1946, apenas
disponía 25 hombres, pero en unos meses había incorporado a más de 100 hombres
y sin problemas para cubrir las bajas, precisamente en uno de los periodos de
mayor dureza en la represión franquista.
Con "Roberto" la guerrilla de esta
zona se reorganiza en dos grandes secciones, el 6º Batallón fundado por Ramón
Vía y el 7º Batallón de nueva creación. Cada Batallón se dividía en Compañías y
estas en Grupos, llegando a aglutinar a 150 guerrilleros auxiliados por una
nutrida red de enlaces. Además de en la Axarquía malagueña actuaron en el Oeste
y Sur de Granada penetrando hasta Archidona[44].
En 1947 comienza el llamado “trienio del
terror” de la resistencia armada al franquismo. La condena del régimen de
Franco por la Asamblea General de la ONU el año anterior era agua pasada y las
potencias occidentales actúan bajo la lógica de “la guerra fría” viendo en la
dictadura fascista un valladar contra el comunismo. Incluso en el Gobierno
republicano en el exilio, presidido por Rodolfo Llopis, se deja notar el
enrarecido ambiente internacional y, el 5 de agosto, el representante del PCE,
Vicente Uribe presenta su dimisión del gobierno y Prieto que controla el PSOE
en el exilio impulsa la disolución de la ANFD, mientras entra en conversaciones
con monárquicos del interior[45].
Franco tenía las manos libres para dedicarse a fondo en el exterminio de la
resistencia armada, siendo conocidos informes de la Dirección General de la
Guardia civil en la que se exigía máxima dureza y no hacer prisioneros, es
decir utilizar el asesinato legal mediante la universalización de la “Ley de
Fugas”. Esta estrategia para exterminar a los guerrilleros pasaba por golpear
brutalmente la red de enlaces y familiares de estos.
Desde Mundo Obrero se lanzó una
campaña de denuncia internacional, sobre la oleada de detenciones, ejecuciones
sumarias y de los crímenes aplicando la “ley de fugas” en España, intentando
llamar la atención de las democracias occidentales sobre estos atropellos a los
derechos humanos que el terror de Franco imponía.[46]
camarada "Roberto"
Si bien durante los años de 1948
y 1949 la Agrupación “Roberto” realizó gran número de acciones armadas por la
provincia, desde octubre de 1948, el Buró Político del PCE, ya había iniciado
un cambio táctico con respecto a la lucha armada, privilegiando el “entrismo”
en las instituciones de la dictadura, en concreto en los sindicatos verticales.
Parece que en el cambio tuvo que ver una reunión celebrada por una delegación
del Buró Político del PCE, un mes antes, en el Kremlin con Stalin.[47]Era
el principio del fin de la lucha guerrillera en España.
En la
resistencia armada, de los comunistas malagueños, también hay que destacar la
labor de Pablo Pérez Hidalgo “Manolo el Rubio”[48]
que apoyándose en refuerzos que llegaban desde el norte de África, consigue
organizar, en 1943, la Agrupación “Stalingrado”. Estaba compuesta por unos
cincuenta hombres y actuaba desde Cortes de la Frontera hasta Coin. Como en la zona también actuaba, desde 1947,
un grupo libertario mandado por Bernabé López de la Calle “Comandante Abril” y
ante la oleada represiva del momento y los auspicios de un delegado del Comité
Regional del PCE procedente de Sevilla, Manuel Abollado “Orejitas”, en febrero
de 1949, se consiguió que se integraran y conformaran la Agrupación “Fermín y
Galán” que actuaría en la Serranía de Ronda y en el Campo de Gibraltar bajo la
dirección de “Bernabé” y la jefatura militar de “Manolo el Rubio” hasta el
exterminio de buena parte de la partida guerrillera.
Nueva reorganización
comunista en Málaga.
En el verano de 1947 es detenido Ricardo
Beneyto, responsable del Comité Regional del PCE. Y apenas unos meses después,
el 6 de febrero de 1948, se produce la detención masiva de cuadros del Comité
Regional en Sevilla, entre ellos los encargados de sustituir al primero, José
Mallo Fernández, Manuel López Castro que había estado en Málaga bajo el
seudónimo de “Alfredo” o “Jesús” y Luis Campos Osaba, este último junto a su
compañera la malagueña Carmen Gómez Ruiz. En total cayeron cuarenta militantes
y se desmanteló buena parte de la organización en Sevilla, Córdoba y Huelva
(Causa 287/48).[49]
En Málaga, a partir de la salida de la
cárcel de Cristóbal Criado, en julio de 1948, y pasado unos meses, este empezó
a realizar visitas a antiguos camaradas y con los más decididos, entre ellos
contactó con José Silva Medina, que había salido en libertad, tras sobreseerse
su causa en 1949, e iniciaron una nueva reorganización del Partido en Málaga,
que estaba prácticamente desarticulado. Si bien la mayoría de los antiguos
militantes habían rechazado participar, para eludir la presión policial o por
considerarse “quemados” para la lucha clandestina, Cristóbal y José Silva consiguieron poner en marcha nuevamente el
Partido.
En un principio al carecer de contactos con
los órganos superiores del Partido, recogían las orientaciones de Radio España
Independiente, “La Pirenaica”, y trabajaban según las instrucciones recibidas en el
interior de la cárcel. Crearon una comisión encargada de reconstruir el
partido, dotándolo de una organización más ágil y dinámica. A los pocos meses
se contaba con distintos comités y con contactos regulares con el Comité
Regional en Sevilla. Este contacto vino gracias a la intervención de Antonio
Álvarez Cabeza, Secretario General del PCE en la Prisión Provincial, que
conocía a Cristóbal Criado y mediante una carta de presentación pudieron
realizarlo. El primer contacto con la organización malagueña pronto fue
cambiado, ya que suponía que era seguido por la policía y fue sustituido por
Miguel Caballero, utilizando como mediadora a la cordobesa, Catalina Buenestado
Herrero, que se encontraba desterrada en la capital y a José Silva[50].
La nueva organización se estructuró
territorialmente en radios, siguiendo la fórmula seguida durante el periodo
final republicano. El Radio nº 1 comprendía toda la zona este de la capital,
desde el río Guadalmedina hasta la barriada de El Palo y el Radio nº 2 la zona oeste, desde el mismo río hasta el
río Guadalhorce y los nuevos comités pasaron de tres a cinco responsables.
Coincide este periodo con un importante
viraje en la táctica del partido que intenta combinar el trabajo ilegal con el
aprovechamiento de las posibilidades legales en los sindicatos verticales,
renunciando a la organización de sindicatos clandestinos, como los intentos de
realizados de reorganizar la UGT, pues el único resultado que había dado era
duplicar la organización clandestina del partido, multiplicando los riesgos de
caídas, sin por ello aumentar la vinculación con las masas trabajadoras.[51]
Cristóbal Criado cuenta como este cambio de táctica también produjo serias resistencias
entre los militantes, ya que consideraban a estos sindicatos como organismos
desacreditados entre los trabajadores y que formaban parte del régimen opresor
que tenían por único objetivo el control de los obreros.[52]
Cristobal Criado
Mientras Cristóbal Criado y José Silva
empiezan a reorganizar el partido, también coexisten otros intentos. Así en
1949 José Sánchez Santos contacta con Manuel Morales Reyes que había llegado
del exilio en Orán en 1947 y había instalado un taller de mecánica en la calle
Alcazabilla y le propone que se haga cargo de la dirección en Málaga. Para ello
concierta una reunión con una enviada del Comité Central, denominada “La
Rubia”, que en realidad era una confidente de la policía, y que le pide hacerse
cargo del partido y que en Sevilla el Comité Regional sabía de su llegada a
España y por eso la enviaban. Pero Morales rechazó la oferta alegando que en el
partido, posiblemente, se habían introducido confidentes y que lo primero que
había que hacer era depurar el listado de militantes y contar solo con los más
seguros. Además él debería controlar los contactos con la gente de la
guerrilla. Esta supuesta enviada, “La Rubia”, no estuvo conforme con sus
peticiones y desapareció.
Pepe Sánchez Santos
Al poco tiempo acontece una nueva caída en
Málaga, que viene a coincidir con la del Comité Regional, siendo detenidos José
Sánchez Santos y Manuel Barranco primero, siendo torturados brutalmente en
Comisaría. Después detienen a Manuel Morales que fué llevado ante el jefe de la
Brigada Político y Social, Manuel Tigerman, pero gracias a que Morales conoció
lo que ya había declarado Pepe Sánchez, gracias a la compañera de Barranco,
afirmó lo que iba diciendo el policía y le confirmó que él no se había hecho
cargo del partido por lo que fue puesto en libertad, pero ya estaba “quemado”
para la actividad clandestina y al año siguiente nuevamente se exilió, esta vez
a Argentina.[53]
También en esta caída son detenidos García
Elena y Salvador Trujillo Rueda, antiguo militar republicano, el 15 de mayo,
delatado por un compañero. Este último fue torturado y temiendo no poder
aguantar más los golpes se lanzó de cabeza contra el pincho del volante de un
radiador de calefacción y se lo clavó en la frente. Estuvo durante 18 días
entre la vida y la muerte, y posteriormente ingresó en prisión.
En la década de los cincuenta comenzaba una
nueva época de la resistencia comunista a la dictadura que estaría marcada por
la política de Reconciliación Nacional.
[1]
Para la toma de Málaga ver BARRANQUERO TEXEIRA, Encarnación: Málaga
entre la guerra y la posguerra. El franquismo. Arguval, Málaga, 1994,
pp.19-28. CARDONA, G.: La Guerra Militar. España 1936-1939.
Historia 16. Madrid, 1996, p. 52-57. NADAL, A.: Guerra Civil en Málaga.
Arguval. Málaga,1984, p. 363- 404.
[2] Para ver la situación de la
retaguardia malagueña durante la guerra y el éxodo malagueño ver: PRIETO BORREGO,
L, y BARRANQUERO TEXEIRA, E.: Población y Guerra Civil en Málaga: Caída,
éxodo y refugio. CEDMA, Málaga, 2007, pp. 99- 128.
[3] Para estudio de la represión en
Málaga: BARRANQUERO TEXEIRA, E.: Málaga entre...,op.cit.p. 199- 265.
[4]
Prácticamente la dirección
provincial del PCE fue exterminada, siendo asesinados: el diputado Cayetano Bolívar Escribano (4-7-39); el Secretario
Político provincial Rodrigo Lara Vallejo; el Secretario Local de la UGT, José
Gallardo Moreno (1-7-41); Elvira Gallardo Moreno y su compañero Manuel Pardo
Sosa (febrero 1937); José Cañas García de Antequera (12-4-39); Juan Lara Díaz
(4-5-40) y su hermano Manuel, Secretario de Juventud del Partido de Vélez
Málaga (11-2-40); Rafael Triguero Quijano, Presidente de la Federación Cultural
Deportiva Obrera; los hermanos Juan y José Muñoz Lago del Valle de Abdalajís
(4-5-40); Francisco Cruz Sánchez, alcalde de Ronda (13-4-40); Francisco Romero
Añón alcalde de Marbella; Antonio Gómez Arias de Fuengirola; José Peña Díaz,
Secretario General de Sedella (7-1-41); José Jiménez Alarcón, Secretario de
organización de Mijas; Antonio Muñoz García, Secretario General de El Burgo
(6-8-39); Julio Ramos Corral de Lagos (Vélez-Málaga,12-12-39); Francisco Bernal
Trujillo, Secretario Juvenil de Álora (10-11-39); Joaquín Herrera Muñoz,
concejal de Nerja; el periodista y forjador del Radio de Málaga José Ochoa
Alcázar es arrojado a un cráter volcánico en Las Canarias donde estaba
desterrado cuando triunfó la sublevación.
[5] Entrevista a Esteban Guerra Aragonés,
natural de Fuengirola, era responsable de Organización de las JSU de Málaga
cuando comienza la guerra y posterior responsable de milicias de la
organización juvenil, además era miembro del Comité provincial del PCE.
[6] Enrique Sánchez García era un ferroviario
malagueño y miembro del Comité Central del PCE que tuvo que salir de Málaga en
1931 tras un conflicto en la ciudad, hizo labores periodísticas para Mundo
Obrero con ocasión de los sucesos de Villa de Don Fadrique, tras el golpe
fascista era encargado de la Jefatura de Intendencia en la 4ª Sección del
Estado Mayor del Ejército de Defensa de Madrid al mando de Miaja y del Ejército
de Operaciones del Centro y luego de los Servicios de Intendencia del Ejército
del Centro con el grado de comandante.
[7] Ver FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, C.: Madrid
clandestino. La reestructuración del PCE, 1939-1945. Fundación Domingo
Malagón, Madrid 2002, p. 75-82. HEINE, H.: El Partido Comunista de España
durante el primer franquismo (1939-1956), p. 70-73, en PAPELES DE LA FIM
Nº 22 “I Congreso sobre la Historia del PCE 1920-1977” , Madrid 2004.
[8] RODRÍGUEZ CHAOS, M.: 24 Años en la cárcel. Ed.
Forma. 1977, p. 105. Para ver estos hechos en Madrid ver: HEINE, H.: La
oposición política al franquismo. De 1939 a 1952. Crítica. Barcelona, 1983
y FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, C.: Madrid clandestino..., op.cit. p.82.
[9] Entrevista a José Sánchez Santos,
miembro del Comité Provincial del PCE desde 1935, encargándose de la acción
política entre el ejército, participando en las MAOC. Durante la guerra fue
Comisario político del Regimiento “Vitoria” nº 8.
[10] Según testimonio de Antonio Fernández
Vargas el sepulturero era del PCE. Se llamaba Juan Ramírez. Entrevista a
Antonio Fernández Vargas “El Jardinero” el 7 de julio de 1993.
[11] Testimonio manuscrito de Joaquín Luna
en BARRANQUERO TEXEIRA, Encarnación: La reorganización del PCE en Málaga
después de la guerra civil, p. 88-89. En PRIETO BORREGO, Lucía.
(coord..): Guerra y franquismo en la provincia de Málaga. Nuevas líneas de
investigación. UMA. Málaga, 2005.
[12] Ibidem. p. 85-88.
[13] IBARRURI, D. (coord..): Historia
del Partido Comunista de España. Editions Sociales. Francia 1960, p. 139.
[14] Entrevista a Francisco Montoya
Fernández.
[15] AZUAGA RICO, J.M.: La guerrilla
antifranquista en Nerja. Ed. IULV-CA, Nerja, 1996, pp. 58-59.
[16] HEINE, H.: La Oposición política
al franquismo. Crítica. Barcelona, 1983, p. 221-222. La red de
transmisiones se creó un año antes cuando un grupo de seis militantes,
provistos de varias emisoras portátiles desembarcaron en noviembre de 1943 en
una pequeña cala de Nerja y procedieron a establecer un contacto directo entre
la dirección del Partido en el interior y la del norte de África. La aventura
apenas duró tres meses y le costó la vida a cinco de los relacionados con la
cadena de transmisiones que cayeron en el pelotón de fusilamiento junto al
dirigente Jesús Carreras enviado a Madrid en 1942 para sustituir a Quiñones.
[17] Del Manuscrito de Joaquín Luna “El
proceso de 1944” en Páginas trágicas de la lucha antifascista, en
BARRANQUERO TEXEIRA, E.: la reorganización del PCE en Málaga..., op.
cit. p. 90-91 y original facilitado por la autora.
[18] Causa 1174/45, en CRIADO
MORENO, C.: El PCE que viví en Málaga, 1920-1977. Recuerdos de un veterano
dirigente comunista. Málaga, 2004, pp. 98-99 y AZUAGA RICO, J.M.: La
guerrilla antifranquista en Nerja. Ed. IULV-CA. Nerja, 1996, p. 82-84.
[19] Ver Causa 573/46: Contra Alfredo
Cabello Gómez-Acebo y sesenta y nueve más, en
ROMERO NAVAS, J. A.: La guerrilla en 1945. Proceso a dos jefes
guerrilleros: Ramón Vías y Alfredo Cabello Gómez-Acebo. Diputación
Provincial. Málaga, 1999, p.125-303.
[20] UNIDAD, ORGANO OFICIAL DEL Comité Provincial del
PC de Málaga al servicio de la unidad, nº 3 enero 1946. Sig. 18/6Archivo
Histórico del PCE, (AHPCE).
[21] VANGUARDIA, órgano del PCE de
la Prisión al servicio de la República. Sig. 24/6, (AHPCE).
[22]
Manuscrito de Joaquín Luna Nieto, Páginas trágicas de la lucha
antifascista.
[23] Entrevista a Francisco Montoya
Fernández.
[24] Nuestra Línea, boletín del
Comité Provincial de Málaga. Sig. 23/2 (AHPCE).
[25] Ibidem, nº 2, 1945.
[26] Ibidem, nº 3, 1946.
[27] HEINE, H.: La oposición
política...,op. cit. p.228-236.
[28] CRIADO MORENO, C.: El PCE que viví
en Málaga, 1920-1977. Recuerdos de un veterano dirigente comunista. Málaga,
2004, p.97.
[29] Nuestra Bandera, nº 16
(Extraordinario) de marzo de 1947, Archivo Comité Provincial del PCE (APCEMA).
[30] Entrevista Carmen Gómez Ruiz.
[31] Nuestra Bandera, nº 18 de
junio de 1947, (APCEMA).
[32] Ibidem, nº 19 de julio de
1947.
[33] MORENO GÓMEZ, F.: La resistencia
armada contra Franco. Crítica, Madrid, 2001, p. 241.
[34] Para todo el caso de Ramón Vía ver:
ROMERO NAVAS, J.A.: La guerrilla en 1945. Proceso a dos jefes guerrilleros:
Ramón Vías y Alfredo cabello Gómez Acebo. CEDMA, Málaga, 1999, p.45-123.
Asimismo en AZUAGA RICO, M.: La guerrilla antifranquista en Nerja. Ed.
Izquierda Unida Los Verdes-Convocatoria por Andalucía, Nerja. 1996, p. 63-80.
También en SOREL, A.: La guerrilla antifranquista. La historia del maqui
contada por sus protagonistas. Txalaparta, Navarra, 2002, p. 193-203.
[35] “Yo acuso” por Ramón Vía Fernández,
detención y tortura, diciembre de 1945. Testimonios de la cárcel de Málaga,
Sig: Caja 40, carp. 6 (AHPCE).
[36]
Manuel Morales Reyes recuerda
que con ocasión de una detención suya, en 1949, el Jefe de la Brigada Político
y Social, Manuel Tigerman, elogió la valentía de Ramón Vía y le contó que un
día en los interrogatorios le dijo: “...Bueno Ramón, hombre dime una
palabra, terminamos, y te paso a la cárcel, porque esto no tiene fin. Y
dice Ramón Vía: No, una palabra no, te voy a decir dos. Con una basta, le
dijo el comisario, y Ramón Vía dijo: ¡Viva la República!. La reacción
del comisario fue: Mira le metí una mascá que lo tiré debajo de una mesa”.
[37] ATAQUE, órgano del alto mando
del Ejército Guerrillero, nº 10 de 1 de marzo de 1946. Sig. 140/2, (AHPCE).
[38] Mundo Obrero, suplemento
regional de Andalucía, de 15 de mayo de 1946, que se encontraba inserto en la
Causa 582/46 en AZUAGA RICO, J.M.: La guerrilla...op. cit. p. 71.
[39] SERRANO, S.: Maquis...op. cit.
p.187.
[40] Según Cristóbal Criado la detección
de los escapados fue posible por la delación de la mujer de Salvador Bermúdez,
ver CRIADO MORENO, C.: Mi infancia...op. cit. pp. 92-98 y ROMERO NAVAS,
J.A.: La guerrilla en 1945...op. cit. pp.89-123.
[41]
Era natural de Zamora, abogado y periodista y había estado exiliado en
Argentina y Chile hasta regresar clandestinamente a España, el día 3 de
septiembre, por la frontera francesa.
[42] Entrevista a Antonio Fernández Vargas
“El Jardinero”. Según este un sepulturero que
era miembro del Partido, Juan Ramírez, le confirmó a Antonio que Alfredo
Cabello les echó un discurso al mismo pelotón de la Guardia Civil antes de
fusilarlo.
[43]
Natural de Ciudad Real y dependiente de profesión, había luchado en la
guerra civil y en la Resistencia al nazismo en Francia, fue enviado a España en
1944 para incorporarse a la lucha.
[44] AZUAGA RICO, J.M.: La guerrilla
antifranquista...op. cit. p. 98.
[45] Nuestra Bandera, nº 20 de
agosto de 1947, (APCEMA)
[46] Ver MORENO GÓMEZ, F.: La
resistencia armada contra Franco. Crítica, Barcelona, 2001, p. 532 donde
hace referencia al Mundo Obrero de 30 de septiembre de 1948.
[47] Ver en SERRANO, S.: Maquis..., op.cit.
p. 287-291 y en AZUAGA RICO, J.M.: La guerrilla..., op. cit. p. 170-
175.
[48] TORBADO, J. y LEGUINECHE, M.: Los
Topos. Argos-Vergara. Barcelona, 1977, p.423-449. También en la página web
de Paisajes de la Guerrilla: www.guerrillas.info con entrevista al
personaje y estudio de Luis García Bravo. Este dirigente guerrillero era
natural de Bobadilla de familia jornalera y había ingresado en el PCE en 1931,
siendo el secretario general del Radio de esta localidad y afiliado a la UGT,
durante la guerra presidió el Comité de Guerra hasta la toma del pueblo el 14
de agosto de 1936.
[49] LEMUS, E. (Estudio preliminar): Cárcel
de amor. Ed. Fundación El Monte. Sevilla, 2005, p.26-27. Relación de cartas
de índole amorosa entre los presos Carmen Gómez Ruiz y Luis Campos Osaba
mientras este era condenado a muerte y fusilado en 1949.
[50] CRIADO MORENO, C.: El PCE que
viví..., op.cit. p.117-121 y del mismo autor Mi juventud y mi lucha...,op.cit.
p.139142.
[51] CLAUDÍN, F.: El nuevo movimiento
obrero español, en MAGRI, L. y VV.AA.: “Movimiento Obrero y acción
política”. Ed. Era S.A. México, 1975, p. 86-87.
[52] CRIADO MORENO, C.: El PCE que
viví...,op.cit. p. 123.
[53] Entrevista a Manuel Morales Reyes.