Los homenajes a las Víctimas de la Carretera a Almería en 1937 celebrados en Málaga.
En el primero de los actos, unas 250 personas se dieron cita nuevamente este año para recordar la huída de la población malagueña y refugiada por la denominada, desde entonces, Carretera de la Muerte, por la cantidad de muertos y heridos habidos por causa de los bombardeos indiscriminados de la aviación y la flota franquista. Este hecho genocida es el que es objeto de recuerdo, no se puede silenciar más, no cabe ya el silencio y el olvido.
Hacía un sol radiante, aunque el viento y el frío no dejó de hacer el entorno desapacible, y los allí congregados, entre los que estaban, además de la directiva de la Asociación Contra el Silencio y el Olvido, que era la organizadora del evento, estaban algunos concejales socialistas, el concejal comunista de IULV-CA, Pedro Moreno Brenes; el Coordinador Local de IULV-CA, Eduardo Zorrilla; el secretario de Memoria Histórica del Comité prov. del PCA, E. del Rosal; el secretario Local del PCA de Málaga, Adolfo Mira; así como un grupo de camaradas de las JCA. También asistieron representantes del Foro por la Memoria, de la “Casa Invisible”, de la CGT y de la CNT.
El Presidente honorífico de la ARMH Contra el Silencio y el Olvido, Francisco Espinosa, intervino presentando el objetivo y la significación del acto de homenaje. El directivo de la asociación, y dirigente de la CGT, Antonio Somoza leyó un manifiesto junto al presidente de la ARMH, José Dorado y después los asistentes arrojaron claveles rojos al mar en recuerdo de los caídos.
Por último se colocó un ramo de flores junto a la placa que homenajea a los que huyeron y al doctor canadiense Norman Bethune, que asistió a tantos de esos niños, mujeres y ancianos en la carretera, y por el que se da nombre a ese Paseo de los canadienses.
Por otro lado el mismo día al mediodía concluyó la III Marcha por la Recuperación de la Memoria Histórica con la etapa que partió del Rincón de la Victoria y terminó en Torre del Mar donde se encuentra el monumento a las víctimas del Crimen de la Carretera de la Muerte con la placa de “Nunca Más- 1937”y donde se rindió un emotivo homenaje
El Acto finalizo con un homenaje a las víctimas del genocidio, donde intervinieron el primer teniente de Alcalde de Vélez, Salvador Marín; la diputada prov. y alcaldesa de Villanueva de Tapia , Encarnación Páez, y el diputado andaluz y Coordinador provincial de IULV-CA, José Antonio Castro, cerrando dicho acto el histórico comunista Teodulfo Lagunero. Además en la marcha estuvieron Santiago Carrillo, Pedro Fernández Concejal de IULV-CA en Rincón de la Victoria; José Gámez, alcalde de Almachar; Teodoro Ruiz, Concejal de Torrox, y José A. Ponce alcalde de El Borge.
Manifiesto de la ARMH Contra el Silencio y el Olvido
Compañeras y compañeros:
Nos encontramos aquí reunidos, a la entrada del primer túnel de la antigua carretera Málaga-Almería, para rendir homenaje a todas las personas que hace hoy 72 años, tuvieron que atravesar este primer túnel tras huir precipitadamente de sus hogares o sus refugios para tratar de ponerse a salvo de la barbarie. Una huida que, para algunos tuvo un trágico final en esta misma carretera y, para otros, tuvo su continuidad, dos años después cuando tuvieron que abandonar el país al acabar la guerra. Justo se cumplen 70 años en estos mismos días y ni en Francia se lograron poner a salvo de la barbarie: fueron encerrados en campos de prisioneros primero y, posteriormente, en batallones de trabajo o en campos de exterminio en la Alemania nazi.
LA BARBARIE: “Estamos decididos a aplicar la ley con firmeza inexorable: ¡Morón, Utrera, Puente Genil, Castro del Río, id preparando sepulturas! Yo os autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción ante vosotros; que si lo hiciereis así, quedaréis exentos de toda responsabilidad”.
Esta es la voz, la voz de la barbarie encarnada en el general Queipo de Llano y retransmitida a través de Radio Sevilla para sembrar el terror entre la población civil como arma de guerra.
Málaga se había ido llenado de refugiados de todos esos pueblos que nombraba Queipo que daban fé de que las arengas del general no eran mera retórica sino fiel reflejo de las matanzas y violaciones que se producían en los pueblos según avanzaba el ejército sublevado.
“(...) Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los rojos lo que es ser hombre. De paso, también a las mujeres de los rojos; que ahora, por fin, han conocido a hombres de verdad, y no castrados milicianos. Dar patadas y berrear no las salvará.”
Durante 6 meses, de julio de 1936 a enero de 1937, las amenazas del general Queipo de Llano acompañaban a los bombardeos contra la ciudad. En enero de 1937, con la incorporación del Ejército italiano al bando sublevado comienzan las operaciones militares en torno a Málaga y se recrudecen las bombas y las emisiones:
«canalla roja de Málaga, ¡espera hasta que llegue ahí dentro de diez días! Me sentaré en un café de la calle Larios bebiendo cerveza y por cada sorbo mío caeréis diez. Fusilaré a diez».
En enero eran decenas de miles los refugiados de las provincias de Cádiz, Sevilla y Córdoba y de pueblos de la provincia que habían caído en manos de los sublevados. La catedral, las iglesias y muchos domicilios particulares los acogían en condiciones cada vez peores, con la esperanza de que se iba a recibir ayuda exterior y la ciudad se iba a defender.
Pero ni lo uno ni lo otro. Fue abandonada a su suerte, sin armamento adecuado para enfrentar a los blindados italianos e incluso sin munición para las fusiles. Muchos de los refugiados que habían ido llegando, continuaron camino hacia Almería desde mediados de enero, ante la falta de recursos para atenderlos, pero la mayoría y toda la población de Málaga mantuvo la esperanza hasta el último momento en que la ciudad no iba a caer.
LAS VÍCTIMAS: A partir del día 6, pero fundamentalmente el mismo dia 8 de febrero de 1937 se produce la salida masiva. Es imposible saber el número de personas que emprendieron el éxodo… Podría ser entre 100.000 y 150,000, según datos aportados por los supervivientes y por algunos testigos presenciales, la mayoría familias enteras que huían despavoridas ante la inminencia de la entrada del ejercito sublevado con toda la fama de genocida que se había labrado a conciencia en los meses previos.
Fue una huida desesperada que para la mayoría tuvo final trágico. Pocas familias lograron llegar íntegras a Almería. La mayoría perdieron a alguno de sus miembros, cuando no varios. Unos de hambre y agotamiento, otros ahogados al tratar de cruzar el río Guadalfeo ya en la provincia de Granada, otros abatidos por los aviones italianos y españoles que ametrallaban periódicamente la carretera o bajo el fuego directo de los barcos que se sumaron a la matanza o sepultados por las laderas en las que impactaban los proyectiles (A escasos kilómetros, en el tramo que une La Cala con el Rincón, un gran boquete en la pared del túnel es una prueba de que aquella matanza se produjo). Otros muchos, por fin, que no consiguieron llegar a Almería fueron detenidos por el ejército italiano y devueltos a Málaga, en muchos casos, para acabar siendo fusilados…
LOS HÉROES: También queremos rendir homenaje a quienes se comportaron como héroes. A todos los habitantes de Almería y de otras localidades de la España Republicana de Murcia, Valencia y Cataluña que acogieron y cobijaron a los refugiados de Málaga.
Y a los integrantes del equipo médico del doctor Norman Bethune, Los Canadienses a los que está dedicado este paseo, integrantes de las Brigadas internacionales, tanto por el apoyo que prestaron a los más desvalidos con su unidad móvil de transfusión sanguínea como por dejar testimonio escrito y gráfico de lo ocurrido aquí.
Nadie sabe cuantas personas perdieron su vida en esta masacre. Los historiadores calculan que entre 3.000 y 5.000 personas fueron asesinadas a lo largo de esta carretera…. Una matanza contra civiles sin precedentes que no debemos olvidar. Lo ocurrido en Gaza el pasado mes de enero, en el que un Ejército perfectamente armado bombardea y liquida objetivos civiles, nos ha hecho tener más presente si cabe lo ocurrido en estos lugares hace 72 años.
Hoy en día, esta carretera de pesadilla para muchas familias malagueñas de hace 70 años, se ha convertido en un lugar de ocio, diversión y encuentro de las familias malagueñas de hoy…. Lo que siempre tendría que haber sido y lo que debe seguir siendo. Para lograrlo es preciso, conocer el pasado, no olvidarlo y comprometernos todos a que algo igual no pasará nunca más.
Manifiesto leído por Antonio Somoza, 8 de febrero de 2009
En el primero de los actos, unas 250 personas se dieron cita nuevamente este año para recordar la huída de la población malagueña y refugiada por la denominada, desde entonces, Carretera de la Muerte, por la cantidad de muertos y heridos habidos por causa de los bombardeos indiscriminados de la aviación y la flota franquista. Este hecho genocida es el que es objeto de recuerdo, no se puede silenciar más, no cabe ya el silencio y el olvido.
Hacía un sol radiante, aunque el viento y el frío no dejó de hacer el entorno desapacible, y los allí congregados, entre los que estaban, además de la directiva de la Asociación Contra el Silencio y el Olvido, que era la organizadora del evento, estaban algunos concejales socialistas, el concejal comunista de IULV-CA, Pedro Moreno Brenes; el Coordinador Local de IULV-CA, Eduardo Zorrilla; el secretario de Memoria Histórica del Comité prov. del PCA, E. del Rosal; el secretario Local del PCA de Málaga, Adolfo Mira; así como un grupo de camaradas de las JCA. También asistieron representantes del Foro por la Memoria, de la “Casa Invisible”, de la CGT y de la CNT.
El Presidente honorífico de la ARMH Contra el Silencio y el Olvido, Francisco Espinosa, intervino presentando el objetivo y la significación del acto de homenaje. El directivo de la asociación, y dirigente de la CGT, Antonio Somoza leyó un manifiesto junto al presidente de la ARMH, José Dorado y después los asistentes arrojaron claveles rojos al mar en recuerdo de los caídos.
Por último se colocó un ramo de flores junto a la placa que homenajea a los que huyeron y al doctor canadiense Norman Bethune, que asistió a tantos de esos niños, mujeres y ancianos en la carretera, y por el que se da nombre a ese Paseo de los canadienses.
Por otro lado el mismo día al mediodía concluyó la III Marcha por la Recuperación de la Memoria Histórica con la etapa que partió del Rincón de la Victoria y terminó en Torre del Mar donde se encuentra el monumento a las víctimas del Crimen de la Carretera de la Muerte con la placa de “Nunca Más- 1937”y donde se rindió un emotivo homenaje
El Acto finalizo con un homenaje a las víctimas del genocidio, donde intervinieron el primer teniente de Alcalde de Vélez, Salvador Marín; la diputada prov. y alcaldesa de Villanueva de Tapia , Encarnación Páez, y el diputado andaluz y Coordinador provincial de IULV-CA, José Antonio Castro, cerrando dicho acto el histórico comunista Teodulfo Lagunero. Además en la marcha estuvieron Santiago Carrillo, Pedro Fernández Concejal de IULV-CA en Rincón de la Victoria; José Gámez, alcalde de Almachar; Teodoro Ruiz, Concejal de Torrox, y José A. Ponce alcalde de El Borge.
Manifiesto de la ARMH Contra el Silencio y el Olvido
Compañeras y compañeros:
Nos encontramos aquí reunidos, a la entrada del primer túnel de la antigua carretera Málaga-Almería, para rendir homenaje a todas las personas que hace hoy 72 años, tuvieron que atravesar este primer túnel tras huir precipitadamente de sus hogares o sus refugios para tratar de ponerse a salvo de la barbarie. Una huida que, para algunos tuvo un trágico final en esta misma carretera y, para otros, tuvo su continuidad, dos años después cuando tuvieron que abandonar el país al acabar la guerra. Justo se cumplen 70 años en estos mismos días y ni en Francia se lograron poner a salvo de la barbarie: fueron encerrados en campos de prisioneros primero y, posteriormente, en batallones de trabajo o en campos de exterminio en la Alemania nazi.
LA BARBARIE: “Estamos decididos a aplicar la ley con firmeza inexorable: ¡Morón, Utrera, Puente Genil, Castro del Río, id preparando sepulturas! Yo os autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción ante vosotros; que si lo hiciereis así, quedaréis exentos de toda responsabilidad”.
Esta es la voz, la voz de la barbarie encarnada en el general Queipo de Llano y retransmitida a través de Radio Sevilla para sembrar el terror entre la población civil como arma de guerra.
Málaga se había ido llenado de refugiados de todos esos pueblos que nombraba Queipo que daban fé de que las arengas del general no eran mera retórica sino fiel reflejo de las matanzas y violaciones que se producían en los pueblos según avanzaba el ejército sublevado.
“(...) Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los rojos lo que es ser hombre. De paso, también a las mujeres de los rojos; que ahora, por fin, han conocido a hombres de verdad, y no castrados milicianos. Dar patadas y berrear no las salvará.”
Durante 6 meses, de julio de 1936 a enero de 1937, las amenazas del general Queipo de Llano acompañaban a los bombardeos contra la ciudad. En enero de 1937, con la incorporación del Ejército italiano al bando sublevado comienzan las operaciones militares en torno a Málaga y se recrudecen las bombas y las emisiones:
«canalla roja de Málaga, ¡espera hasta que llegue ahí dentro de diez días! Me sentaré en un café de la calle Larios bebiendo cerveza y por cada sorbo mío caeréis diez. Fusilaré a diez».
En enero eran decenas de miles los refugiados de las provincias de Cádiz, Sevilla y Córdoba y de pueblos de la provincia que habían caído en manos de los sublevados. La catedral, las iglesias y muchos domicilios particulares los acogían en condiciones cada vez peores, con la esperanza de que se iba a recibir ayuda exterior y la ciudad se iba a defender.
Pero ni lo uno ni lo otro. Fue abandonada a su suerte, sin armamento adecuado para enfrentar a los blindados italianos e incluso sin munición para las fusiles. Muchos de los refugiados que habían ido llegando, continuaron camino hacia Almería desde mediados de enero, ante la falta de recursos para atenderlos, pero la mayoría y toda la población de Málaga mantuvo la esperanza hasta el último momento en que la ciudad no iba a caer.
LAS VÍCTIMAS: A partir del día 6, pero fundamentalmente el mismo dia 8 de febrero de 1937 se produce la salida masiva. Es imposible saber el número de personas que emprendieron el éxodo… Podría ser entre 100.000 y 150,000, según datos aportados por los supervivientes y por algunos testigos presenciales, la mayoría familias enteras que huían despavoridas ante la inminencia de la entrada del ejercito sublevado con toda la fama de genocida que se había labrado a conciencia en los meses previos.
Fue una huida desesperada que para la mayoría tuvo final trágico. Pocas familias lograron llegar íntegras a Almería. La mayoría perdieron a alguno de sus miembros, cuando no varios. Unos de hambre y agotamiento, otros ahogados al tratar de cruzar el río Guadalfeo ya en la provincia de Granada, otros abatidos por los aviones italianos y españoles que ametrallaban periódicamente la carretera o bajo el fuego directo de los barcos que se sumaron a la matanza o sepultados por las laderas en las que impactaban los proyectiles (A escasos kilómetros, en el tramo que une La Cala con el Rincón, un gran boquete en la pared del túnel es una prueba de que aquella matanza se produjo). Otros muchos, por fin, que no consiguieron llegar a Almería fueron detenidos por el ejército italiano y devueltos a Málaga, en muchos casos, para acabar siendo fusilados…
LOS HÉROES: También queremos rendir homenaje a quienes se comportaron como héroes. A todos los habitantes de Almería y de otras localidades de la España Republicana de Murcia, Valencia y Cataluña que acogieron y cobijaron a los refugiados de Málaga.
Y a los integrantes del equipo médico del doctor Norman Bethune, Los Canadienses a los que está dedicado este paseo, integrantes de las Brigadas internacionales, tanto por el apoyo que prestaron a los más desvalidos con su unidad móvil de transfusión sanguínea como por dejar testimonio escrito y gráfico de lo ocurrido aquí.
Nadie sabe cuantas personas perdieron su vida en esta masacre. Los historiadores calculan que entre 3.000 y 5.000 personas fueron asesinadas a lo largo de esta carretera…. Una matanza contra civiles sin precedentes que no debemos olvidar. Lo ocurrido en Gaza el pasado mes de enero, en el que un Ejército perfectamente armado bombardea y liquida objetivos civiles, nos ha hecho tener más presente si cabe lo ocurrido en estos lugares hace 72 años.
Hoy en día, esta carretera de pesadilla para muchas familias malagueñas de hace 70 años, se ha convertido en un lugar de ocio, diversión y encuentro de las familias malagueñas de hoy…. Lo que siempre tendría que haber sido y lo que debe seguir siendo. Para lograrlo es preciso, conocer el pasado, no olvidarlo y comprometernos todos a que algo igual no pasará nunca más.
Manifiesto leído por Antonio Somoza, 8 de febrero de 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario