viernes, 25 de diciembre de 2009

El PCE denuncia la manipulación del poeta comunista Miguel Hernández por una derecha que quiere prostituir su Centenario

El Partido Comunista de España considera que la utilización del Centenario de Miguel Hernández para difundir ideas radicalmente contrarias a las que el mismo poeta oriolano hubiera defendido, no puede ser achacada ni a la ignorancia ni a un descuido, sino a un intento de utilizar esta fecha para cambiar la historia, para ocultar una obra y un compromiso.
José Luís Centella, Secretario General del PCE, ha denunciado que lo ocurrido en Orihuela es un aviso de lo que puede ocurrir en torno al centenario del nacimiento del poeta Miguel Hernández, “poeta que es patrimonio de todo un pueblo, pero que a la vez representa unos valores concretos de defensa de la justicia social, la democracia popular y el antifascismo militante, todo ello desde su militancia comunista” y ha añadido que “el PCE, que no quiere de ninguna manera patrimonializar este centenario, no dejará de utilizar todos los medios a su alcance incluso los legales para evitar la prostitución de un Centenario que deber servir para profundizar en la obra poética de Miguel Hernández y en los valores que defendió”.
Resulta vergonzoso, según Centella, que personas que están mas cerca de los verdugos de Miguel Hernández vengan ahora a prostituir sus ideales, a utilizar su figura para difundir las ideas contra las que el poeta combatió hasta dar su vida, “por lo que exigimos al PP que se desmarque públicamente del Gobierno Local de Orihuela ya que en caso contrario entenderemos que asume la provocadora actuación de su alcaldesa”.
Ante estos hechos, la Secretaria General el Partit Comunista del País Valencià, Marga Sanz, ha exigido al Ayuntamiento de Orihuela que rectifique el patrocinio que ha hecho de este libro y retire la invitación al acto de presentación que va firmada por la propia concejala de cultura.
Desde el PCE se hace un llamamiento a todas la comisiones, plataformas, instituciones y colectivos que se plantean realizar actividades en torno al Centenario de Miguel Hernández para que sean leales con su figura, con su obra literaria, con sus ideas y con su compromiso social y político, poniendo a disposición de todos su archivo histórico y sus activos materiales y humanos para que mejor se puedan desarrollar todas las iniciativas, pero a la vez, José Luís Centella entiende que “cualquier homenaje a Miguel Hernández debería empezar por sumarse por la petición de anulación de su condena, ya que resulta totalmente contradictorio multiplicar las alabanzas hacia una persona que todavía tiene un expediente penal por rebelión”.
Comunistas de Málaga quiere a su vez manifestar su más absoluta condena ante estos hechos de repugnante manipulación y deshonestidad, que la derecha protagoniza siempre intentando rehacer la historia a la medida de la vileza criminal del fascismo franquista. Esas derechas que mantenían hambrientas a inmensas masas de campesinos y obreros, que encima los acusaban de alborotadores y extremistas porque pedían pan y libertad. Esa derecha histórica, familiar, monárquica y reaccionaria que siempre ha expoliado España y explotado a sus ciudadanos y ciudadanas.
La misma derecha que en enero de 1936 apaleaba a sindicalistas, jóvenes y poetas como Miguel Hernández y le hacía ingresar en la filas del Partido Comunista de España, por lo que amigos y admiradores de Hernández en Madrid redactan un manifiesto colectivo que se publica el 16 de enero de 1936 en El Socialista bajo el título "Protesta en favor del poeta Miguel Hernández".Y que su lectura recomendamos a continuación:
“El lunes, día 7 de este mes de enero, estando el poeta murciano (sic) Miguel Hernández pasando el día en las orillas del Jarama, fue detenido por la guardia civil, y preguntado, primero, qué hacía por aquellos lugares. Miguel Hernández contestó, sonriente, que era escritor y que estaba allí por gusto. El traje humilde, modesto, de nuestro amigo, llevó a la guardia civil a tratarle con violencia, conduciéndole al cuartelillo de San Fernando. Durante el trayecto, para ocultar la vergüenza que provocaba en él la detención, Miguel Hernández, de rabia, fue dándoles con el pie a las piedras. Entonces, le amenazaron de muerte, diciéndole: "Si no por aquella mujer que viene andando detrás de nosotros, te dejamos seco."
Al entrar en el cuartelillo, y sin más explicación, el cabo le abofeteó. Siguieron los golpes, hasta con unas llaves que le quitaron después de un registro minucioso, en el que encontraron además, como terrible prueba, una cuartilla encabezada con este nombre: "Juan de Ocón." Los guardias civiles de aquel puesto no podían comprender que un hombre con aire campesino escribiese un título para una obra de teatro. "Este es un cómplice. Anda. Confiesa". Así, golpeado, insultado, vejado, permaneció varias horas en el cuartelillo, hasta que pudo telefonear a un amigo de Madrid, que respondió de su persona.
Enterados de este atropello, lo denunciamos al ministro de la Gobernación, y protestamos, no de que la guardia civil exija sus documentos a un ciudadano que le parezca sospechoso, sino la forma brutal de hacerlo, pues en vez de limitarse a comprobar su identidad, le golpease (sic) maltratándole y hasta amenazándole de muerte.
Protestamos de la vejación que representa el abofetear a un hombre indefenso. Protestamos de esta clasificación entre señoritos y hombres del pueblo que la guardia civil hace constantemente. En este caso que denunciamos, Miguel Hernández es uno de nuestros poetas jóvenes de más valor. Pero, ¡cuántas arbitrariedades tan estúpidas y crueles como ésta se cometen a diario en toda España sin que nadie se entere! Protestamos, en fin, de esta falta de garantías que desde hace tiempo venimos sufriendo los ciudadanos españoles”.
Encabezaba la protesta Federico García Lorca y seguían las firmas de José Bergamín, José María de Cossío, Ramón J. Sender, Antonio Espina, Arturo Serrano Plaja, César M. Arconada, Pablo Neruda, Maria Teresa León, Rosa Chacel, Miguel Pérez Ferrero, José Díaz Fernández, Rafael Alberti, Manuel Altolaguirre, Concha Méndez, Luís Cernuda, Luís Lacasa y Luís Salinas.